Cuándo acudir a terapia de pareja: los problemas más frecuentes

Escrito por:

Oscar Marrero Marimón

Psicólogo

Publicado el: 27/04/2023
Editado por: Margarita Marquès


A lo largo de nuestra vida, nadie nos enseña cómo mantener una relación de pareja saludable. Normalmente aprendemos patrones parecidos a los de nuestros padres, conocidos y amigos, o de diferentes medios de comunicación actuales (televisión, Internet, etc.).

 

Es por esto que todos intentamos arreglárnoslas lo mejor que podemos para hacer que funcione la relación de pareja, pero lo cierto es que no siempre salen las cosas como deseamos.

 

Lo ideal es acudir a terapia de pareja en cuanto empiezan a salir diferencias en el día a día y que suponen un punto de discusión para los miembros de la pareja.

 

No debemos esperar a que nuestras diferencias sean irreconciliables o a que estemos al límite de romper la relación para acudir a consulta, porque si la decisión ya está tomada es muy difícil volver atrás.

 

La mayoría de las parejas suelen acudir a consulta cuando su relación ya está muy deteriorada y existe tanto rencor entre las dos partes que es más complicado encontrar consenso en la relación. Sin embargo, si acudimos a consulta al menor síntoma de problemas en la relación podemos solucionarlo de forma muy rápida y efectiva, evitando empeorar el problema.

 

Lo ideal es acudir a terapia de pareja cuando empiezan a salir diferencias
en el día a día y suponen una discusión para los miembros de la pareja

 

¿Qué problemas podemos solucionar en terapia de pareja?

Se pueden solucionar prácticamente todos los problemas por los que está atravesando la relación si sus miembros tienen la motivación suficiente.

 

Los más habituales son:

Comunicación deficiente: es posible que no sepáis como comunicaros de una manera apropiada. No expresáis de forma directa lo que queréis y dais rodeos, u os cuesta expresar vuestras emociones. En las discusiones no podéis expresaros libremente porque os interrumpís mutuamente y termináis alzando la voz y poniéndoos a la defensiva. Desconfianza e inseguridad: no confiáis el uno en el otro o tenéis miedo de perderle y ejercéis un control excesivo sobre vuestra pareja. Los celos, el dudar de la palabra de nuestra pareja o el querer saber dónde está y lo que hace a todas horas pueden deteriorar la relación a largo plazo. Rutina o monotonía: con el paso del tiempo es posible que dejemos de hacer cosas con nuestra pareja que antes si hacíamos. La falta de detalles agradables y actividades variadas, junto a la presencia de situaciones de estrés laboral o social pueden dejar a la relación de pareja en un segundo plano. Infidelidad: uno o los dos miembros de la relación han realizado algún acto que la pareja ha considerado desleal. Es importante recalcar que la infidelidad puede ser tanto sexual como emocional, y lo que para una persona puede ser un acto desleal para otra podría no serlo. Insatisfacción sexual: las relaciones sexuales se vuelven rutinarias y disminuye la frecuencia con la que tenemos relaciones íntimas con nuestra pareja. Nuestra pareja no sabe lo que nos gusta o nosotros no sabemos cómo complacer a nuestra pareja de manera adecuada.

 

Estos son solo algunos de los problemas más comunes por los que puede pasar una pareja. Todos ellos y muchos más podemos resolverlos en consulta, preferiblemente con los dos miembros de la pareja presentes.

 

Si tu pareja no se anima a venir a la consulta de Psicología, también podemos trabajar sobre la relación con uno solo de vosotros, y así podréis enseñar a vuestra pareja cómo mejorar vuestra vida en común.

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