¿Cómo afecta la afasia a la comunicación y cuál es el tratamiento?

Escrito por:

Lda. Cristina García Martínez

Logopeda

Publicado el: 02/05/2024
Editado por: Lucía Ramírez Vilanova


La afasia es un trastorno del lenguaje que puede dificultar la lectura, escritura y expresión verbal. También puede interferir en la comprensión del lenguaje hablado. Este trastorno no constituye una condición médica en sí misma, sino más bien un síntoma de lesiones en áreas específicas del cerebro encargadas del procesamiento del lenguaje.
 

¿Por qué puede producirse la afasia?

Las causas de la afasia pueden variar e incluir:
 

Eventos como accidentes cerebrovasculares. Tumores cerebrales. Infecciones o inflamaciones cerebrales. Lesiones traumáticas. Enfermedades neurológicas progresivas como la demencia.
  La afasia dificulta la lectura, escritura y expresión verbal

 

¿Qué tipos de afasia hay?

Existen 4 tipos de afasia, cada uno asociado con el daño a una región particular del cerebro:
 

Afasia expresiva: dificulta la capacidad de expresar pensamientos a pesar de comprender lo que se quiere decir. Afasia receptiva: afecta la comprensión del lenguaje hablado y escrito. Puede escuchar lo que dicen las personas o ver las palabras en un impreso, pero no le encuentra sentido a lo que lee o escucha.  Afasia global: resulta en una pérdida generalizada de habilidades lingüísticas. No puede hablar, leer, escribir o entender el lenguaje. Afasia anómica: dificulta la recuperación de palabras específicas para referirse a personas, objetos, lugares o eventos.

 

¿Cuál es el pronóstico?

El pronóstico de la afasia varía según la causa y la extensión del daño cerebral. Algunos casos pueden mejorar espontáneamente, mientras que otros pueden requerir tratamiento a largo plazo. Aunque no existe una cura definitiva, la terapia del habla y lenguaje puede mejorar significativamente las habilidades lingüísticas, con el apoyo de un especialista en Logopedia.

 

¿En qué consiste el tratamiento?

La rehabilitación de la afasia se adapta a las necesidades individuales del paciente y puede incluir técnicas para mejorar la comunicación, recuperar habilidades lingüísticas perdidas y aprender estrategias alternativas de comunicación, como gestos, imágenes o dispositivos electrónicos.
 

La terapia puede ser tanto individual, centrada en las necesidades específicas de cada paciente, como grupal, donde se emplean las nuevas habilidades de comunicación con un grupo de personas reducido.
 

La participación activa de los familiares en el proceso de tratamiento es crucial, ya que pueden recibir orientación sobre cómo comunicarse de manera efectiva con el paciente y ofrecer un apoyo emocional invaluable.

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