¿Acabar con el acné? Es posible

El acné es la aparición de comedones (puntos negros) y pústulas (granos con pus), principalmente en cara y tronco.

Hay 4 alteraciones que, en conjunción, son lo que acaban provocando el acné:

- Los folículos pilosos se bloquean por un sobrecrecimiento de las células cutáneas normales, combinadas con el sebo cutáneo, creando un tapón en el folículo.

- Las glándulas sebáceas, crecen durante la adolescencia, incrementando su producción de sebo. Principalmente se localizan en la cara, cuello, pecho, parte alta de la espalda y de brazos.

- El incremento de sebo, permite la expansión de la bacteria Propionebacterium acnes (normalmente presente en la piel, pero en menor medida).

- Se produce inflamación como resultado de un crecimiento bacteriano excesivo u otros factores. Esto puede llevar a la rotura del folículo y la formación de un nódulo inflamatorio o un quiste.

Causas

Las causas del acné son múltiples:

- Hormonal. Debido a los cambios durante la adolescencia, las glándulas sebáceas aumentan de tamaño y de producción sebácea. En la mayoría de las personas los niveles de hormonas son normales pero que las glándulas son más sensibles. Menos frecuentemente, en mujeres, puede asociarse en mujeres a un Síndrome de Ovario Poliquístico, y suele acompañarse de otras alteraciones fáciles de reconocer.

Aunque habitualmente suele resolver antes de los 30 años, en algunas personas (especialmente en mujeres), puede prolongarse un poco más.

- Factores externos. Por la aplicación de cremas y productos con grasas, aceites o lípidos en su composición. Los productos "oil-free" o "no comedogénicos" es menos probable que empeoren un acné.

- Dieta. El rol de la dieta es controvertido. Para la mayoría de los pacientes, la dieta no juega un papel significativo. Para aquellos que sí lo asocian (son una minoría), los precipitantes más frecuentes son los lácteos, las carnes rojas y el chocolate.

- Estrés. El estrés psicológico también empeora el acné. Parece ser que por aumento de manipulación de las áreas afectas, más que por el estrés per se. En cualquier caso, una mejoría de la afectación psicológica, se asocia con una mejoría del acné.

¿Cómo se trata?

No hay un único y mejor tratamiento para el acné. La mayoría de los pacientes requerirán tratamientos combinados durante largos periodos de tiempo (algunos pueden tardar al menos 8 semanas en empezar a ser eficaces). El tratamiento se individualiza según el tipo de lesiones, la edad del paciente y otros factores.

- Acné no inflamatorio: habitualmente se controla bien con productos tópicos e higiene.

- Acné inflamatorio: El acné moderado suele tratarse con una combinación de antibióticos para los periodos de más actividad y productos tópicos para mantener la mejoría. El acné grave (el nódulo-quístico, que tiene potencial de dejar cicatrices) se puede tratar como el acné moderado, pero es más posible que tenga que derivarse a otros tratamientos.

Consejos de cuidado para pacientes con acné (alimentación, higiene)

El cuidado de la piel es importante para el tratamiento del acné.

- Higiene. Hay que lavar la cara, no más de 2 veces al día, utilizando un detergente sin jabón específico y agua tibia. Idealmente, debe hacerse con las manos, pues las toallas y esponjas tienden a albergar bacterias. Lavarse más o frotarse/exfoliarse demasiado concienzudamente, puede empeorar el acné.

No hay que apretar ni drenar los puntos negros ni las pústulas, especialmente con las manos, pues las lesiones tienden a hacerse más profundas, más inflamatorias y aumenta el riesgo de dejar cicatrices.

- Hidratantes. Siempre "oil-free" o no comedogénicas. Ayudan a controlar la sequedad y la irritación producida por otros tratamientos.

- Fotoprotección. Aunque el acné tiende a mejorar los meses de verano, es importante protegerse adecuadamente del sol (con fotoprotectores "oil-free" de SPF 30 o 50), ya que muchos de los productos que se utilizan sensibilizan la piel al sol.