¿Cómo puedo dejar de vivir en piloto automático?

Vivir en piloto automático equivale a no estar presente.
 

Alguna vez nos hemos sorprendido cuando hemos llegado al trabajo o a nuestra casa sin habernos dado cuenta de cómo lo hemos hecho. Aunque intentamos recordar algún detalle, se nos ha borrado de la memoria. Por ejemplo, no conseguimos averiguar cuándo nos hemos parado, qué camino hemos tomado, con qué personas nos hemos cruzado, o qué canción estábamos escuchando. Es como si nada hubiera ocurrido en ese espacio de tiempo.
 

En muchas ocasiones vamos por la vida en modo robot, es decir, con la mirada perdida, haciendo varias cosas a la vez y pensando en la siguiente que realizaremos a continuación. Es bastante habitual en nuestra vida diaria, ya que que el día suele tener menos horas de las que necesitaríamos para lograr todo lo que nos hemos propuesto. 
 

TichNathHanh en su libro “El Milagro de Mindfulness” dice: “si cuando uno está lavando los platos, está pensando en la taza de té que se tomará al acabar, está cultivando un modo de conciencia en el cual cuando esté tomando el té, estará pensando en el paseo que va a dar después y de este modo, uno nunca está en lo que está. Vivimos entre el pasado, fruto de la nostalgia y la añoranza, y el futuro, que es la proyección de nuestros deseos. Nos olvidamos de estar en el momento presente”.

¿Por qué no somos conscientes de lo que hacemos?

En realidad, sí tenemos una cierta conciencia, pero solo en una mínima parte. Cuando funcionamos en piloto automático nos quedamos en standby, como si nuestro cerebro estuviese en modo “ahorro de energía”. En ese estado actuamos mecánicamente debido a nuestra memoria procedimental, que nos permite reproducir conductas aprendidas y repetirlas constantemente sin tener que invertir más energía de la necesaria. Nuestro cerebro, de esta forma es más eficiente, intenta ser más productivo con el menor coste posible.
 

El problema llega cuando nos acostumbramos a utilizar este modo automático de funcionar por defecto y para todos los ámbitos, porque nos vamos convirtiendo, sin darnos cuenta, en personas robot. En este sentido, somos ajenos a nuestra conciencia y al sentido de lo que estamos viviendo.

¿Qué consecuencias tiene vivir en piloto automático?

• Vivir en modo supervivencia

Las obligaciones y expectativas que nos autoimponemos en nuestro día a día hace que nos habituemos a vivir las rutinas con ansiedad y agobio. Nuestro cerebro lo interpreta como algo amenazante para la supervivencia, y nuestro sistema nervioso simpático se activa y se prepara para la acción, como si estuviéramos siempre perseguidos por un depredador.
 

• No dedicar tiempo a nuestro cuidado y ocio

Esta forma de vivir nos impide disfrutar de lo que hacemos en cada momento y nos hace sentirnos culpables si pensamos en descansar y tomarnos un tiempo para nosotros. Por eso, estar ocioso en el sentido de  “no hacer nada” está muy mal visto en nuestra sociedad. A veces, incluso preferimos estar ocupados siempre para no tener la sensación incómoda de que estamos perdiendo el tiempo ya que no nos podemos permitir ese placer.
 

• Altos niveles de estrés

La acumulación de tareas, la presión por los horarios y la responsabilidad van afectando a nuestro cuerpo y a nuestro circuito del estrés. Todo esto causa un deterioro y desajuste en el funcionamiento de nuestro organismo con consecuencias muy dañinas para nuestra salud física y mental.
 

• Insatisfacción vital

Como efecto secundario de la falta de conciencia en el modo automático, cada vez nos cuesta más reconocer quiénes somos. Evitamos parar y escuchar a nuestra voz interior, por miedo a no saber cómo gestionar la inquietud interna. En vez de eso, la intentamos callar con más actividad y más distracciones.

¿Cómo podemos salir del piloto automático?

Por suerte, debemos ser conscientes de que nuestra mente es solo una parte de nosotros, no somos nosotros en su totalidad. Sin embargo, podemos entrenarla para mejorar la calidad de nuestra existencia y volver a conectar con nuestro ser.
 

A continuación, os enumeramos algunas pautas sencillas para mejorar nuestra salud psicológica y vivir plenamente en conciencia:
 

• Dedicar tiempo para mí: no solamente cuidarse externamente y mimarse, que también, sino de emplear unos minutos diarios a conectar contigo mismo y escuchar tu interior. Puede ayudar sentarse a meditar o simplemente respirar de forma consciente. Al mismo tiempo es importante observar lo que llega a tu mente de manera imparcial, aceptando lo que venga, sentir las sensaciones que te provocan, localizarlas en el cuerpo, prestar una atención amable y compasiva a tus emociones y conflictos internos que puedan manifestarse.
• Aprender a soltar: descargar nuestra mochila de cosas inservibles que impiden nuestro avance, como: prejuicios, culpabilidad, creencias rígidas, reproches, rumiaciones, etc. Necesitamos soltar el lastre de negatividad que cargamos del pasado, y dejar espacio libre a lo nuevo que venga.
• Dar gracias: tomar el camino de la gratitud por las pequeñas cosas que tenemos y que nos rodean, saber valorar cada momento y hacer especial todas las experiencias que vivamos, aunque sean cotidianas. Un buen ejercicio es apuntar cada día en la agenda un motivo por el que nos sintamos agradecidos.

En conclusión, vivir en piloto automático se traduce en olvidarnos de nosotros mismos y caer en el autoengaño, las distracciones vacías y la infelicidad. No obstante, el especialista en Psicología puede recomendarnos muchas cosas para despertar, pero podemos comenzar con la actitud y la intención de cambio.
 

El mindfulness es una herramienta eficaz y poderosa que puede ayudarnos a focalizar la atención plena en el presente. Desde nuestro centro Lucentum Psicología os animamos a que probéis con esta técnica en nuestro taller o en una cita con nosotras. Os deseamos que disfrutéis del camino de la vida en cada instante.