Rosácea: ¿cómo tratarla de forma correcta?
Written by:La rosácea es una enfermedad cutánea inflamatoria y crónica muy frecuente, que empieza a manifestarse alrededor de los 30 años sobre todo en mujeres de piel clara (aunque en hombres se dan casos más severos) con rojez intermitente e hipersensibilidad de la piel de la cara, pudiendo afectar a mejillas y nariz (manifestaciones más frecuentes), y también a la frente, mentón e incluso con afectación ocular, que suele evolucionar hacia una fase eritematosa, haciéndose la rojez más permanente y apareciendo telangiectasias (dilataciones vasculares visibles).
Pueden aparecer brotes de pápulas (granos) y pústulas (granos con pus) en la fase papulo-pustulosa y, en casos más extremos y evolucionados, puede aparecer deformación nasal, fase de rinofima.
La piel se vuelve muy reactiva y responde a los cambios de temperatura, sobre todo al calor, a los picantes, a las comidas copiosas, al alcohol (sobre todo al vino, porque es un gran vasodilatador) y a la exposición solar, con una vasodilatación no controlada, que aumenta el flujo de sangre que se manifiesta con la rojez y el calor en la cara.
¿Cuáles son las causas de esta afección?
No se conoce su causa, pero se sabe que hay diversos factores implicados como:
- La predisposición genética
- Alteración de los microorganismos que habitan en nuestra piel, como el ácaro demodex folliculorum
- Ciertos alimentos (picantes, especias...)
- La ingesta de alcohol, especialmente el vino
- La exposición solar
- Los cambios bruscos de temperatura
- Permanecer cerca de fuentes de calor intenso (horno, sauna...),
- Estrés y las alteraciones emocionales
- Factores hormonales
- El uso de algunos cosméticos inadecuados
- La hipersecreción sebácea
Todos estos factores conducen a la inflamación de la piel, la alteración de la función barrera de la piel y una vasodilatación no controlada de los capilares, volviendo a la piel intolerante y reactiva.
¿Qué tratamientos estéticos pueden corregir la rosácea?
La rosácea no tiene cura, pero los brotes se pueden tratar y es muy importante para prevenirlos llevar un cuidado diario de la piel con cremas y limpiadores específicos para pieles con rosácea, aplicando protectores solares, así como evitando otros productos que pueden no ser tolerables por este tipo de pieles; evitar en la medida de lo posible los factores agravantes como el calor, el sol, el alcohol y todo lo que puede provocar congestión en la cara.
Es importante estudiar cada caso y los factores implicados en cada uno de ellos para poder actuar sobre ellos y pautar el tratamiento adecuado. Habrá que realizar un tratamiento integral: médico, cosmético y a veces de aparatología (por ejemplo, la luz pulsada o IPL) y ser disciplinado y constante.
Los brotes deben ser tratados en consulta médica con antibióticos y preparados de farmacia antiinflamatorios y calmantes.
Otros tratamientos complementarios como la aplicación de luz pulsada (IPL) consiguen grandes resultados en pacientes con rosácea.
¿Cómo son los resultados?
Los resultados en los pacientes que son constantes y disciplinados son espectaculares y se consigue una mejoría del estado de salud de la piel fabuloso, lo que se manifiesta en una piel bella.