La displasia de cadera en la infancia

Escrito por: Dr.Prof. Pedro Gutiérrez Carbonell
Publicado:
Editado por: Margarita Marquès

Podemos definir como displasia en la cadera infantil cualquier alteración de la morfología o evolución normales de la cadera infantil. Es un término “cajón de sastre” dentro del que se engloban patologías diferentes, pero especialmente por su frecuencia e importancia, la luxación congénita de la cadera

                   

Son factores de influencia muy importante en la displasia de cadera: sexo femenino, historia familiar previa de displasia de cadera, parto mediante cesárea y primiparidad. Y se asocian frecuentemente a deformidades como torticolis congénita (cuello desviado de manera rígida hacia uno u otro lado), metatarso aducto de los pies (pies desviados notablemente hacia dentro) y pies talos valgos (pies con hipermovilidad hacia la pierna), entre los más habituales.

 

La displasia de cadera infantil es alteración de
la morfología o evolución normales de la cadera infantil

 

¿Qué consecuencias tiene?

Básicamente existen 2 posibles evoluciones en la luxación congénita de la cadera:

  • Al nacimiento, la cadera está ya luxada.
  • La cadera, al nacimiento, es inestable y sigue dos vías de evolución: hacia la normalidad, con correcta vigilancia y tratamientos ortopédicos, o hacia una mayor inestabilidad o luxación.

 

La primera posibilidad es, afortunadamente, muy poco frecuente y siempre se asocia a síndromes con deformidades importantes, como por ejemplo, la artrogriposis (contractura rígida en flexión de varias articulaciones). En la segunda evolución, el cuadro más habitual, se cumple el precepto de que siempre es mejor prevenir que curar. Cualquier inestabilidad clínica, que se evidencie en la exploración clínica, con los test de Barlow y Ortolani, debe ser monitorizada muy de cerca, especialmente en los primeros 4 meses de vida y hasta los 2 o 3 años de edad, para evitar la luxación de la cadera, que en la práctica totalidad, requiere tratamientos quirúrgicos gradativamente complejos.

 

La consecuencia de una displasia de la cadera es la progresión de deformidad de la cadera, tanto en el acetábulo (cuenco esférico donde se articula la cabeza del fémur) como en el fémur proximal. La artrosis precoz es la regla. Esta precocidad viene condicionada por la mayor o menor irregularidad y orientación, en el espacio, del acetábulo y de la porción proximal del fémur. Puede causar síntomas desde la adolescencia por esta artrosis y sus soluciones son necesariamente agresivas y quirúrgicas y frecuentemente abocan a una prótesis total de cadera, opción nada deseable en pacientes tan jóvenes.

 

¿Qué pasa si no se trata la displasia de cadera?

La evolución clínica siempre es hacia una cadera continuamente dolorosa, aún en reposo, cojera evidente y alteración del eje de carga, lo cual influye en el correcto funcionamiento de la rodilla y, por supuesto, de la columna vertebral. Radiográficamente, existe una evidente deformidad e incongruencia y luxación de la articulación de la cadera (acetábulo y cabeza del fémur) con evolución precoz hacia una importante artrosis.

 

¿Cómo se puede tratar?

Se pueden identificar varias etapas según la edad de niña/o.

  • Los primeros 4 - 6 meses de edad son trascendentes. En ellos el tratamiento es similar a un trípode: vigilancia mediante los test clínicos, control ecográfico hasta los 4 - 5 meses de edad y ortesis o dispositivos para mantener reducida, correctamente, la cadera.
  • Entre 6 meses y 1 año y medio: En esta edad se requieren tratamientos gradativamente importantes: reducción de la cadera y yeso, realizado ya bajo anestesia; reducción y tenotomías de músculos que impiden la reducción de la cadera y yeso durante 2- 3 meses; reducción abriendo y eliminando del interior de la articulación obstáculos anatómicos que impiden la correcta reducción y coincidente o no con esta previa artrotomía (apertura de la articulación de la cadera), osteotomías (sección de un hueso) de la pelvis y/o del fémur proximal.
  • El objetivo ideal es obtener a los 2 años y medio o como muy tarde hasta los 4 años de edad una articulación congruente, de superficies articulares regulares y estable. De lo contrario, la evolución hacia la preartrosis y artrosis grave es la regla.

Por Dr.Prof. Pedro Gutiérrez Carbonell
Traumatología infantil

El Dr. Pedro Gutiérrez Carbonell es un reputado traumatólogo y cirujano ortopédico en Alicante especializado en patología infantil. Cuenta con casi tres décadas de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. En concreto, es experto en deformidades, lumbalgia, medicina del deporte infantil, ortopedia infantil, parálisis cerebral infantil y displasia de cadera, entre otros.

En su trayectoria profesional destaca su puesto en el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Elda y en la Clínica Maisonnave de Alicante. Se licenció en Medicina y Cirugía y, posteriormente, se especializó en Traumatología y Cirugía Ortopédica. Además, ha participado en la redacción de más de 20 artículos para revistas y libros científicos sobre Traumatología Infantil. 

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