Vacunas en el embarazo: el triple beneficio

Escrito por:

Dr. Gonzalo Cabrera Roca

Pediatra

Publicado el: 20/09/2018
Editado por: Patricia Fernández Ramos


La vacunación en el embarazo supone una triple oportunidad, con ventajas para embarazada, feto y futuro recién nacido.

Lo primero que se debe indicar es que, a grandes rasgos, las vacunas se clasifican en 2 tipos:

Vacunas inactivadas (muertas): ya sea con microorganismos enteros (bacterias o virus) inactivados por medios físicos o químicos, vacunas de virus fraccionados (partes de virus) o vacunas de toxinas detoxificadas. Son muy seguras. Vacunas de gérmenes vivos, atenuados: contienen microorganismos vivos pero debilitados (atenuados) y producen una infección leve o inaparente; no se utilizan durante el embarazo, por la posibilidad de que esos gérmenes pasen al feto en desarrollo, y puedan originar daños en sus órganos en formación. Por tanto, no se recomiendan en el embarazo. Algunos ejemplos serían la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas) o la de la varicela. 

En adelante nos referiremos a 2 vacunas del primer grupo (gripe y tosferina).

 

¿Se puede vacunar una mujer embarazada?

 

Sí, se puede. El sistema inmunitario (defensivo)

de la embarazada es capaz de responder adecuadamente a las vacunas, de modo similar al de las personas no embarazadas.

Hay gran experiencia y, ya desde 1974, se ha vacunado contra el tétanos a millones de mujeres embarazadas, sin ningún efecto adverso detectado, y se han evitado muchísimas muertes por tétanos del recién nacido y bastantes muertes de madres que, por escasa higiene, todavía ocurren en países no desarrollados.

Sin embargo, hay que conocer que para evitar que el sistema defensivo de la madre rechace al feto, algunas funciones defensivas se modifican o atenúan y, en el caso de la gripe, ello hace que la mujer embarazada tenga riesgo de padecerla de modo grave, con posibilidad incluso de muerte; también aumentan las probabilidades de muerte o el aborto fetal por la gripe materna. Veamos, a continuación, los beneficios de la vacunación a  la mujer embarazada.

Las vacunas que se utilizan en la mujer embarazada son muy seguras y no incluyen gérmenes vivos
 

 

Triple beneficio de las vacunas en el embarazo 

 

Beneficios de la vacunación para la mujer embarazada: esta se beneficia directamente; así por ejemplo al recibir la vacuna de la gripe pues, como indicamos antes, la embarazada está en el grupo de alto riesgo para esta enfermedad. Beneficios de la vacunación para el feto: que la embarazada no padezca una enfermedad durante la gestación, también como ejemplo la gripe, evita una mayor predisposición a partos prematuros y abortos. Beneficios de la vacunación para el recién nacido: tras ser vacunada la embarazada, su organismo produce anticuerpos contra la enfermedad de que se trata y estos anticuerpos pasan a través de la placenta al feto. Cuando se produce el nacimiento, el recién nacido tiene en su sangre esos anticuerpos, contra los microorganismos de la vacuna recibida por la madre, con lo que podrá ser inmune, o sufrir formas más leves de la enfermedad.

El beneficio más importante, en nuestro medio, es frente a la tosferina (la vacuna se administra junto con tétanos y difteria) y frente a la gripe.

En el caso de la tosferina los beneficios son muy grandes para el recién nacido pues la enfermedad en ellos puede ser muy grave e incluso mortal. Dado que no se puede comenzar a vacunar hasta los 2 meses de vida (y para unas defensas más efectivas se precisa otra dosis a los 4 meses), en ese intervalo de tiempo los familiares del lactante pueden tener una enfermedad aparentemente benigna, caracterizada solo por tos algo molesta, que ni les preocupa y que tratándose de la tosferina se puede transmitir fácilmente al lactante. Si este tiene anticuerpos recibidos de la madre no padecerá la enfermedad o sufrirá formas leves. Normalmente se vacuna a partir de las 28 semanas de gestación (aunque últimamente se acepta incluso antes); se repetirá en cada embarazo.

En el caso de la gripe es donde más claro es el triple beneficio pues la vacuna evitaría en la mujer embarazada el alto riesgo para ella, disminuiría la posibilidad de abortos o muertes fetales y dificultaría la gripe del recién nacido o lactante pequeño que también tiene alto riesgo. A partir de los 6 meses de vida ya se puede vacunar al lactante, si todavía hay epidemia de gripe, pues la gripe es estacional, al contrario que la tosferina que persiste todo el año. Se puede vacunar en cualquier momento del embarazo y en embarazos sucesivos.

Pero no hay tres sin cuatro y hay que recalcar que también es beneficioso vacunar al padre para dificultar que sea él quien trasmita la enfermedad al recién nacido (estrategia del nido se llama a esta práctica de vacunar a los familiares directos) y, desde luego, es bueno que el padre no sufra la gripe ni la tosferina pues la pasaría más fácilmente a madre y recién nacido; esta estrategia debe estar subordinada a la vacunación de la madre.

 

Por tanto, gripe y tosferina, vacunas imprescindibles en el embarazo y como oí decir, por primera vez, a mi amigo A. Montesdeoca: “En el embarazo, una vacuna en cada brazo”. Y añado “y al padre de paso” (aunque paso no se escribe con z).

 

Así que no lo duden, embarazadas, futuros papás: ¡a vacunarse!

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