Las consecuencias irreversibles de no tratar un ojo vago

Escrito por:

Dr. Juan Antonio García de Oteyza

Oftalmólogo

Publicado el: 12/12/2016
Editado por: Noelia Pino García


El Dr. García de Oteyza es un destacado especialista en Oftalmología de Barcelona. Además de su recorrido como médico, el doctor es un habitual conferenciante, ponente e incluso redactor en revistas científicas sobre su especialidad. Después de haber pasado diecisiete años como Jefe de servicio de Oftalmología del Institut Dexeus, dedica actualmente su actividad profesional a una consulta privada propia.

 

Defectos visuales más frecuentes en Oftalmología pediátrica

Entre las enfermedades visuales infantiles más frecuentes destacan la hipermetropía, la miopía, el astigmatismo y el estrabismo. La detección del estrabismo es fundamental para evitar la ambioplía, conocida comúnmente como ojo vago.

Cuando se presentan los primeros síntomas de alguno de estos defectos, es importante visitar al especialista en Oftalmología lo antes posible, ya que hay una relación directa entre la detección precoz y las posibilidades de éxito terapéutico: los padres deben saber que un ojo vago no tratado antes de los siete años tiene como consecuencia que sea irreversible para el resto de la vida.

 

Detectar las patologías oftalmológicas a tiempo

Hay señales de alerta que pueden ayudar a los padres a saber que su hijo no ve bien. Por ejemplo, que un niño se acerque mucho a la televisión, que tuerza la cabeza para fijar la vista o que tenga problemas de relación con su mundo exterior.

La detección precoz de defectos visuales durante la infancia es fundamental para tener una buena calidad de visión a lo largo de la vida
 

Hace años desarrollé un test, a disposición de los padres, a fin de facilitar la detección de afecciones visuales en los niños porque, muchas veces, pueden pasar desapercibidas si permiten al niño una visión regular.

 

¿Tienen importancia las revisiones médicas?

Se recomienda realizar un primer control con el oftalmólogo a los tres o cuatro años, siempre y cuando no se detecte alguna anomalía antes. Si los progenitores padecen algún defecto de refracción, la detección precoz es importante porque con frecuencia estas patologías son hereditarias y cuanto más pronto se visite al oftalmólogo y se coloquen los cristales correctores mejor, ya que así será más fácil resolverlo.

Si la información que llega del mundo exterior a la retina no es lo suficientemente nítida, el cerebro recibe mal la señal y “se acostumbra” a ver mal. Si eso se mantiene durante años y no se ponen las condiciones para que el cerebro “vea bien”, la visión será deficiente toda la vida. La visión binocular, como la agudeza visual, se aprenden con el paso de los años. Este aprendizaje culmina alrededor de los siete años, lo que significa que si a esa edad el cerebro no ha aprendido a ver bien, difícilmente después se podrán corregir esas deficiencias.

 

¿Cómo afectan las pantallas a la visión?

El uso continuado de dispositivos con pantalla como teléfonos móviles, tablets y videojuegos provoca fatiga visual, con irritación en los ojos, lagrimeo e incluso a veces visión borrosa. Esto se debe fundamentalmente a la sequedad ocular que provoca el hecho de no parpadear.

Los niños que tienen un defecto visual no corregido pueden además presentar otros síntomas como dolor de cabeza tras un rato de uso del dispositivo. Por tanto, la recomendación general es dosificar el uso por parte de los padres para evitar este tipo de problemas.

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