Síntomas de un ataque de ansiedad

Escrito por:

Rosa Guillén Ferrer

Psicóloga

Publicado el: 14/10/2015
Editado por:


La ansiedad, al igual que otros sentimientos, es una respuesta automática sana que nos ayuda a enfrentarnos a una amenaza real, a nuestros miedos, y que forma parte del aprendizaje del ser humano y de su evolución. Sin embargo, la ansiedad se vuelve patológica cuando afecta a la vida haciéndonos infelices (fobias, manías, obsesiones).

 

 

Síntomas de un ataque de ansiedad

 

Lo más habitual es que el paciente se queje de estar permanentemente nervioso, así como de sentir otros síntomas típicos de un ataque de ansiedad como temblores, tensión muscular, exceso de sudoración, mareos y vértigos, taquicardia. Del mismo modo suele ser frecuente el temor a que ellos mismos, o sus seres queridos, puedan contraer una enfermedad o sufrir un accidente, entre diversas obsesiones y presentimientos de carácter negativo. Para que el trastorno de ansiedad sea diagnosticado como tal, el paciente debe presentar síntomas de ansiedad casi todos los días durante varias semanas seguidas.

Los síntomas de un ataque de ansiedad más indicativos son:

Aprensión (excesiva preocupación sobre posibles desgracias futuras, sentirse “al límite” de sus fuerzas, dificultad de concentración, etcétera). Tensión muscular (tensiones dolores musculares, temblores y espasmos agitación e inquietud psicomotrices, cefaleas de tensión, temblores, incapacidad de relajarse). Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardias o taquipnea, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca...).

Factores que pueden provocar los síntomas de un ataque de ansiedad:

Condiciones médicas: existen diversas enfermedades como el asma o la diabetes, entre otras, que pueden ocasionar o estar asociadas a la ansiedad Reacción a medicamentos y drogas: algunos síntomas de ansiedad se deben al consumo de ciertos medicamentos sin receta o al abuso de drogas tanto legales como (cafeína, alcohol, mariguana, anfetaminas, cocaína) Hiperventilación: Cuando la persona ventila más rápida o profundamente de lo necesario genera una serie de cambios en la sangre pudiendo producir: palpitaciones, taquicardias o molestias pectorales, sequedad de boca, mareos, etc Estrés: Desempeña un papel primordial en la posibilidad de aparición de ansiedad el estrés debido al trabajo, los estudios, problemas relacionales, algún acontecimiento vital inesperado
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