Remodelación facial y corporal con ácido hialurónico

Escrito por:

Dra. Mery Lamah Castro

Médico estético

Publicado el: 13/02/2019
Editado por:


Los rellenos inyectables son una de las técnicas de rejuvenecimiento facial más populares y demandadas junto a otros procedimientos como el Botox y los hilos tensores. Con el envejecimiento los tejidos se encuentran en constante renovación y se deterioran, aunque la velocidad de su declive dependerá de factores como la genética, el medio ambiente, el estado de salud, el efecto de la gravedad, la exposición al sol, la alimentación y el constante movimiento al que han estado sometidos con el paso de los años. Todos estos factores contribuyen en el desarrollo de las líneas de expresión, las arrugas y pliegues en partes del cuerpo como el rostro, cuello, escote y manos. 

 

Actualmente existen varios métodos para el tratamiento del envejecimiento y para prevenir y ralentizar sus efectos. El ácido hialurónico ha sido un gran avance en la Medicina Estética, supone un pilar fundamental ya que se emplea en procedimientos de reconstrucción del contorno facial, el tratamiento de arrugas, para una hidratación profunda de la piel y para rejuvenecer el aspecto de partes como las manos, nariz, mentón, codos y rodillas, entre otros.

Actualmente existen varios métodos para el tratamiento del envejecimiento
y para  prevenir y ralentizar sus efectos
 

¿Cómo actúa el ácido hialurónico?

El ácido hialurónico es un relleno reabsorbible que se encuentra en nuestro organismo y es totalmente biocompatible, no produce ni alergias ni rechazos, por lo que supone un tratamiento seguro y natural. El procedimiento que se sigue consiste en preparar la piel limpiando el área a tratar e inyectar la anestesia tópica o local para adormecer la zona. Posteriormente se realizan mediante una aguja o una cánula las inyecciones en la dermis en diferentes puntos a lo largo del borde del área que se quiere tratar. De ese modo se consigue restaurar el aspecto terso que se ha perdido con el envejecimiento.

 

La recuperación es inmediata, puede ser que el paciente experimente un enrojecimiento, una leve sensación punzante, hinchazón o hematomas en la zona que se ha tratado, aunque normalmente estos síntomas desaparecen tras dos o tres días. Los resultados también pueden ser inmediatos, siendo completamente visibles a la tercera semana y con el transcurso del tiempo el ácido hialurónico será absorbido por el propio metabolismo.

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