¿Qué zonas del cerebro se pueden ver afectadas por el TDAH?

Escrito por:

Dra. María Eugenia Russi Delfraro

Neuróloga infantil

Publicado el: 23/01/2019
Editado por: Carlota Rincón Muñoz


Los síntomas del TDAH son debidos a un desajuste químico y estructural en zonas muy concretas del cerebro (lóbulos frontales y sus conexiones más cercanas con los ganglios de la base, el cerebelo y el cíngulo), por lo que el resto de áreas cerebrales y las funciones cognitivas funcionan correctamente.

El lóbulo frontal es el encargado del autocontrol, es la zona del cerebro que nos permite planificar y organizar una acción, iniciarla (y mantenernos en el esfuerzo), controlar si lo estamos haciendo bien y rectificar cuando no es así, evitando las distracciones por estímulos irrelevantes, para así acabar la acción. Nos permite además ser flexibles y adaptarnos cuando las circunstancias cambian.

Todo esto se engloba dentro de las funciones ejecutivas. Algunas de ellas son:

Capacidad para secuenciar acciones y resolver problemas Habilidad para pensar en diversas soluciones a un problema Habilidad de mantener la información activa en el cerebro Capacidad de inhibir conductas en determinadas situaciones Capacidad de focalizar la atención, dividirla y mantenerla Capacidad para monitorizar la conducta Habilidad para continuar una tarea sin importar las adversidades El primer paso para ayudar a un paciente con TDAH es
diagnosticar el problema de forma correcta lo antes posible.
 

Los ganglios de la base por su parte, se encargan de “filtrar y coordinar la información que llega de otras zonas del cerebro”, y son imprescindibles para el control de los impulsos. Mientras que el cíngulo tiene un sector implicado en la regulación de la atención y en la eliminación de las distracciones, y otro sector que regula el humor (este es el motivo por el cual muchos niños con TDAH tienen muchas dificultades en la regulación afectiva, el manejo de las emociones y de las frustraciones).

En niños con TDAH los circuitos y grupos de neuronas del lóbulo frontal, los ganglios de la base y el cíngulo son más pequeños, menos activos y tienen menores niveles de dopamina y noradrenalina.

 

¿Cómo ayudar a nuestros niños y adolescentes con TDAH?

Como norma general el primer paso para ayudar a una persona a superar una dificultad, es tener muy claro dónde está el problema, crear una estrategia y actuar en consecuencia. Con el TDAH pasa un poco lo mismo. El primer paso para ayudar a un niño o un adolescente con TDAH es diagnosticarlo de forma correcta y lo antes posible, y a partir de aquí crear un “plan terapéutico” que le permita avanzar, ser feliz y desarrollar al máximo su potencial.

Para pacientes con TDAH, el primer paso para ayudarles es diagnosticar el problema de forma correcta lo antes posible y crear un plan de terapia que le permita avanzar, ser feliz y desarrollar su potencial.

Es muy importante que tanto el paciente como su familia y las personas que le rodean tengan información sobre el trastorno; puesto que tienen que entender que el niño no es maleducado, vago o problemático, sino que tiene problemas para comportarse como el resto. Por este motivo, el trabajo coordinado entre padres, profesores y el equipo de psicología, pedagogía y el resto de los especialistas es fundamental en la evolución del niño o adolescentes con TDAH.

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