¿Qué es la alopecia y por qué se origina la pérdida de cabello?

Escrito por:

Dr. Andrés Merlo Morales

Cirujano plástico

Publicado el: 24/12/2021
Editado por: Cristina Mateo


Hay quienes afrontan la alopecia con vergüenza, llegando incluso a negarse a salir a la calle. Aunque afecta en mayor proporción a hombres, no son pocas las mujeres que lo padecen.

 

La alopecia o calvicie es la pérdida anormal de cabello en el cuero cabelludo y también en otras zonas donde normalmente existe (cejas, pestaña, barba, axila, etc). El doctor Andrés Merlo, prestigioso especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora con más de 20 años de experiencia en la profesión, explica que la alopecia se reconoce muy bien por la ausencia total o parcial de cabello en las zonas en las que antes existía. En el caso concreto de la alopecia de cuero cabelludo, el 95% corresponde a la Alopecia Androgenética, es la conocida como calvicie común, que presenta un patrón característico de caída, tanto en hombres como en mujeres, permitiendo clasificarla en diferentes grados de alopecia.

 

Pero ante este problema, a veces recurrente entre varios miembros de una misma familia, muchos se preguntan: ¿por qué se me cae el pelo? Tal y como explica el doctor, la alopecia androgenética tiene una base genética y se desencadena por un mecanismo hormonal a partir de la pubertad.

 

Con el paso del tiempo el pelo genéticamente sensible se va adelgazando progresivamente por acción de las hormonas ocasionando inicialmente áreas de menor densidad, que en el varón comienzan por las entradas y se sigue por la coronilla, y en el caso de la mujer determina un ensanchamiento de la raya en la zona superior seguido de menor volumen a este nivel, mientras que en los grados avanzados se llega a perder totalmente el cabello en las zonas afectadas.

 

El 95% corresponde a la Alopecia Androgenética, conocida como calvicie común.

 

Un síntoma acompañante muy común es el exceso de grasa en el pelo, proporcional a la severidad del proceso.

 

El otro 5% restante corresponde a causas más generales relacionadas con:

Carencia de nutrientes (hierro, vitamina H). Posparto. Asociadas a enfermedades generales. Fármacos (quimioterapia, anticoagulantes, antidepresivos, antiepilépticos, etc). Enfermedades dermatológicas (alopecia areata, decalvante).

 

Tipos de alopecia

 

Las alopecias se clasifican en cicatriciales y no cicatriciales según las lesiones causadas al folículo piloso y a la piel circundante.

 

Las alopecias cicatriciales están producidas por enfermedades del cuero cabelludo o por traumatismos, quemaduras o cicatrices quirúrgicas y se caracterizan por producir lesión al folículo y tejido cicatricial perifolicular que impide el crecimiento del pelo. Entre estas cabe destacar:

La alopecia frontal fibrosante. El liquen plano pilar. La foliculitis decalvante. El lupus discoide. La esclerodermia.

 

Por su parte, las alopecias no cicatriciales son aquellas en las que la alteración del folículo piloso es reversible y no hay signos de inflamación ni cicatriz en la piel circundante. La más común es la alopecia androgenética, pero también hay otras causas como:

Dermatológicas (alopecia areata, difusa, efluvio telógeno). Por enfermedades (diabetes, hipotiroidismo, hiperprolactinemia, anemia). Por fármacos. Estrés y diversas enfermedades mentales.

 

Diagnóstico y tratamiento

 

El diagnóstico clínico es muy simple, el propio paciente lo detecta por la pérdida parcial o total de pelo en las zonas donde previamente tenía. En el caso de la alopecia androgenética, existe un patrón característico de caída, iniciándose con un adelgazamiento del pelo en las zonas afectadas que produce menor densidad o menor volumen y si no se trata termina produciendo una pérdida completa del pelo en esa zona.

 

En otros tipos de alopecias, se requiere una historia clínica minuciosa, que ya puede ser bastante orientativa y puede requerir estudios complementarios, como por ejemplo un análisis de sangre para determinar la causa, y en el caso de enfermedades dermatológicas también puede ser necesario recurrir a la biopsia de piel para obtener el diagnóstico de certeza.

 

En cuanto al tratamiento, el doctor incide en que debe ir dirigido a corregir la causa, cuando se conoce y se puede, por ejemplo reforzando los niveles de hierro en el caso de las anemias ferropénicas, controlar un hipotiroidismo, una diabetes o una hiperprolactinemia, entre otras.

 

En las alopecias por enfermedades dermatológicas muchas veces no existe tratamiento, y en las secundarias a fármacos se debe intentar suspender el medicamento responsable siempre que sea posible. También recuerda que es importante manejar el nivel de estrés del paciente, controlar las dietas rigurosas y estabilizar desequilibrios emocionales o situaciones sobrevenidas de impacto psicológico.

 

En cualquier caso, los suplementos vitamínicos y lociones capilares pueden ayudar, aunque en ocasiones sólo sean por el efecto placebo que producen. En el caso concreto de la alopecia androgenética, que es la más común de todas (95%), existen unos protocolos médicos de tratamiento específico, muy eficaces en los grados iniciales, tanto en hombres como en mujeres, que consiguen frenar el proceso y recuperar el cabello a la normalidad. Para los casos más avanzados se hace necesario recurrir a la cirugía (microimplante o microinjerto de cabello), con resultados altamente satisfactorios.

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