¿Por qué dejar de fumar?

Escrito por:

Dra. María Loreto Alemany Francés

Neumóloga

Publicado el: 07/05/2021
Editado por: Albert González


Está demostrado que el tabaquismo es la primera causa evitable de enfermedad y muerte en occidente. De cada 1.000 muertes que se producen en España, 151 se deben al consumo de tabaco. El tabaco causa cerca del 100% de los casos de EPOC, el 95% de los casos de cáncer de pulmón y el 30% de todas las cardiopatías coronarias, además de ser también un factor causal de cánceres de esófago, vejiga urinaria, cavidad bucal y laringe. El tabaco deteriora rápidamente la función pulmonar, produce la EPOC, acelera el proceso de envejecimiento y tiene efectos dañinos en las personas que comparten espacios cerrados con un fumador. La exposición al humo de tabaco es especialmente perjudicial para los niños, las mujeres embarazadas y sus fetos.

 

Dejar de fumar es la acción sobre la salud que en mayor medida le hará ganar cantidad y calidad de vida, tanto a usted como a las personas que le rodean. Además, al mismo tiempo le permitirá liberarse de una droga de la que es dependiente.

 

¿Por qué cuesta tanto dejar de fumar?

Fumar no es un vicio, es una adicción tan poderosa o más que la de la cocaína o la heroína. En cada “calada” la nicotina pasa muy rápidamente desde pulmón a la sangre y alcanza el cerebro en tan solo 20 segundos, en los que actúa a nivel de circuitos cerebrales relacionados con la gratificación y el placer. Por tanto, cada calada refuerza la sensación de gratificación obtenida y perpetúa la necesidad de seguir fumando por la dependencia a la nicotina. El fumador sigue fumando para evitar los síntomas de la retirada del tabaco, es decir, para evitar el síndrome de abstinencia a la nicotina. La dependencia a la nicotina en el fumador es de dos tipos:

 

Fumar es una adicción tan poderosa o más que la de la cocaína o la heroína.

 

La dependencia física o nicotínica: depende de la caída de los niveles de nicotina en sangre cuando deja de fumar. La dependencia nicotínica cerebral dura unos 21 días, período que necesita el cerebro para “desengancharse” de la nicotina. Recuerde que hay sólo dos grandes razones que explican la dificultad para dejar de fumar: El tabaco “engancha” porque contiene nicotina, una sustancia muy adictiva. La alta capacidad adictiva de la nicotina hace que, después de un breve período de consumo, el cerebro se adapte rápidamente al nivel de nicotina en sangre y necesite que se mantenga para obtener bienestar. La privación del nivel de nicotina en sangre al que se ha acostumbrado el cuerpo es la causa del síndrome de abstinencia a la nicotina, responsable de los desagradables síntomas que se experimentan cada vez que se intenta dejar el tabaco, como son: nerviosismo, falta de concentración, ansiedad, insomnio, temblor, sudoración, estreñimiento, etc. La dependencia psíquico-social: fumar es por encima de todo un acto condicionado que se asocia a múltiples circunstancias vitales. Una vez superada la fase inicial de dependencia física, el fumador debe mantenerse en alerta, pues circunstancias personales o sociales de la vida cotidiana, antes asociadas al consumo de cigarrillos, deberán afrontarse con mecanismos alternativos al tabaco.

La exposición a estas circunstancias, que puedan ocurrir meses e incluso años después del abandono del tabaco, es la causa más frecuente de recaídas a medio y largo plazo (por ejemplo, asistir a un acto social o sufrir una situación estresante).

Pide cita con un especialista