Nueva técnica mecánico-química (MOCA) para tratar las varices

Escrito por:

Dr. Manel Arrebola López

Cirujano vascular

Publicado el: 26/01/2017
Editado por: Patricia Pujante Crespo


La patología varicosa o varices es una enfermedad frecuente en las sociedades occidentales. De hecho, en nuestro país, la incidencia puede llegar al 50% de la población, y en algunos casos, no solo representa un problema estético, ya que supone un problema de salud que repercute en nuestra calidad de vida, bien por el dolor que pueden generar en casos de bipedestación prolongada o en casos más graves, por las complicaciones en forma de úlceras.

Las varices está bien establecido que son una afectación hereditaria, pero existen ciertos factores que favorecen su aparición:
1.    Obesidad
2.    Embarazo
3.    Sedentarismo y falta de ejercicio físico
4.    Edad

 

Diagnóstico de las varices para delimitar la insuficiencia venosa

En la evaluación de las varices su cirujano vascular y especialista en Angiología y cirugía vascular realizará una minuciosa inspección del sistema venoso superficial. Actualmente la realización de un ecodoppler es fundamental para delimitar el alcance de la insuficiencia venosa. Con ello su dispondrá de la información necesaria para poder ofrecerle el tratamiento más adecuado para su problema. 

 

Cómo tratar las varices

Actualmente tenemos múltiples técnicas para el tratamiento de las varices, las cuales cada vez son menos invasivas, ambulatorias y que le permitirán al paciente incorporarse a sus actividades diarias de manera casi inmediata. Una de ellas es la técnica MOCA o mecánico química. Se trata de una técnica mínimamente invasiva, sin cirugía y sin dolor.

 

En qué consiste la técnica MOCA y qué resultados ofrece al paciente

Se trata de un pequeño catéter que se introduce en el interior de la vena safena y, mediante un movimiento rotacional de la punta, lesiona la capa interna de la misma. Simultáneamente se instila un agente esclerosante que consigue, a medio plazo, la fibrosis de la vena.

Esta técnica se realiza sin ningún tipo de anestesia o con una mínima cantidad de anestesia local. La mayoría de los pacientes afirman que no produce ningún dolor. Otros solo tienen alguna sensación molestia moderada.

Desde mediados de 2010 se está aplicando este método tanto en EEUU como en Europa con excelentes resultados.

En principio el paciente puede volver a retomar sus actividades cotidianas sin problema inmediatamente después del tratamiento e incluso puede practicar deporte. Sí que deberá pasear a menudo y llevar una media de compresión durante 7-10 días tras el tratamiento.

Pide cita con un especialista