Métodos para diagnosticar el cáncer de próstata

Escrito por:

Dr. Eduardo Sánchez de Badajoz

Urólogo

Publicado el: 20/04/2016
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Existe un debate sobre cómo actuar frente a un cáncer de próstata de bajo grado: usar marcadores tumorales para diagnosticarlo y tratarlo o recorrer a la vigilancia activa, observando el tumor sin tratarlo.

Marcadores tumorales

Las células cancerosas producen unas sustancias denominadas marcadores tumorales, ya que, una vez detectadas, se puede predecir si el paciente tiene cáncer o no. Estos marcadores son de gran utilidad, tanto para diagnosticar como para hacer un seguimiento de la enfermedad.

El cáncer de próstata pasa muchas veces desapercibido, ya que no es clínicamente visible e, incluso cuando ha sido diagnosticado, tiene una gran variabilidad en el comportamiento biológico y en la capacidad de dar metástasis, lo cual genera una gran controversia en el ámbito de la Urología.

Este tipo de cáncer es el más frecuente en los hombres, incluso delante del de pulmón y el de colon, y de hecho se diagnostica en uno de cada seis pacientes en los países occidentales. Sin embargo, todavía hay muchas personas que tienen cáncer de próstata sin saberlo.

 

Análisis del PSA

Un tipo de marcador tumoral muy efectivo en el diagnóstico del cáncer de próstata es el antígeno prostático específico (PSA, en sus siglas en inglés), una proteína que la célula prostática lanza a la sangre.

No existe un límite de la normalidad del PSA, sino que depende de varios factores:

Edad del paciente: cuanta más edad, más alto es el PSA. Tamaño prostático: una próstata benigna grande lanza más PSA a la sangre que una benigna pequeña.

Aparte de estos factores, hay que tener en cuenta la velocidad del PSA, es decir, el aumento en relación con el tiempo. Si la sustancia aumenta más de 0,75 en un año, podría haber cáncer.

 

Vigilancia activa en cáncer de próstata

Cuando se descubrió el PSA en los años 80, la mortalidad por cáncer de próstata bajó un 40% a finales de los años 90. No obstante, un estudio llamado PLCO publicado en 2012 llegó a la conclusión de que el PSA no supone ningún beneficio, aunque después se comprobó que el estudio tenía errores graves que cambiaron los resultados de forma significativa.

El estudio PLCO hizo que se limitaran los controles a través del PSA y se potenciara la vigilancia activa, que consiste en controlar cánceres de bajo grado sin tratarlos. Así pues, el número de pacientes que iban a ser tratados bajó drásticamente, tanto con cirugía como con radioterapia, y también disminuyó el número de cánceres detectados en un 40%.

La vigilancia activa tiene sus inconvenientes porque la evolución del cáncer de próstata es imprevisible. Además, este método no puede identificar los tumores realmente benévolos, ya que, por ejemplo, casi el 50% de los pacientes que estaban sometidos a la vigilancia activa y eligieron operarse y extirparse la próstata resultó que tenían la enfermedad más avanzada de lo que se suponía.

De este modo, la medicina se ha decantado demasiado rápido hacia la vigilancia activa en el cáncer de próstata. No obstante, viendo los resultados, este método parece ser que no es tan efectivo como parece, así que la medicina se tendrá que decantar más hacia el tratamiento activo en un futuro inmediato.

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