Las enfermedades del riñón

Escrito por:

Dr. Xavier Borrellas Masip

Nefrólogo

Publicado el: 12/12/2019
Editado por: Cristina Mateo


Las funciones del riñón se dividen en cuatro:

Depurar la sangre de los productos de residuo que genera el organismo. Mantener un balance neutro entre agua y electrolitos, ajustando la composición de la orina. Producir bicarbonato. Producción de las hormonas eritropoyetina, renina y vitamina D.

 

Cabe destacar que la función principal de los riñones es mantener la homeostasis del cuerpo. La producción de orina es solo un subproducto de los riñones.

 

 

La enfermedad renal crónica

 

La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública dada su elevada frecuencia y trascendencia. Ocurre cuando el filtrado de glomerular es inferior a 60 ml por minuto y se alarga durante más de tres meses.

 

La causa más frecuente es la diabetes mellitus, seguida de la hipertensión arterial. La sintomatología es muy variada. Se incluye desde hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca, alteraciones del metabolismo óseo-mineral, anemia, alteraciones digestivas o acumulación de potasio y ácidos.

 

Como tratamiento se recomienda disminuir la sal en comidas, regular la hipertensión arterial y anemia, control de la proteinuria con inhibidores del sistema renina-angiotensina aldosterona y tratamiento de las alteraciones del metabolismo óseo-mineral.

En los casos de que el filtrado sea inferior a 10 ml/min, se requerirá diálisis o trasplante renal.

 

Un 75% de los pacientes presentan problemas de hipertensión arterial.

 

 

Factores de riesgo

 

Tabaco Hipertensión arterial Mal control del metabolismo de la glucosa Presencia de albumina en la orina Medicamentos nefrotóxicos Alteración del perfil de los lípidos Obesidad Enfermedades cardiovasculares

 

Por lo tanto, es preciso optimizar estos factores para tener un mejor pronóstico de la enfermedad renal crónica.

 

 

Hipertensión arterial

 

Alrededor de un 75% de los pacientes con diagnóstico de enfermedad renal crónica presentan problemas de hipertensión arterial que es a la vez causa y consecuencia de la misma.

 

Las guías terapéuticas recomiendan mantener un control de la presión arterial, ya que permite un manejo del transcurso de la enfermedad renal crónica. El objetivo de presión arterial recomendado a pacientes con ERC, sin albuminuria, se sitúa en <140/90 mm Hg, mientras que en pacientes con excreción urinaria de albuminuria es de > 30 mg/24 horas.

 

Para este último tipo de pacientes se recomienda el tratamiento con un inhibidor de la enzima conversor de la angiotensina o con un bloqueador del receptor. También para aquellos pacientes, con o sin diabetes, y con niveles de secreción urinaria de albumina de > 300 mg/24 horas o filtrado glomerular inferior a 60.

 

Cuando los pacientes con enfermedad renal crónica se someten al tratamiento con inhibidores del sistema renina-angiotensina aldosterona (SRAA), se vuelven propensos a desarrollar hiperpotasemia o reducción de la tasa de filtrado glomerular. Debido a esto, monitorizar el potasio sérico y el filtrado glomerular durante varias semanas después de iniciar o aumentar la dosis de alguno de los fármacos.

 

En los casos en los que aparece hiperpotasemia, las estrategias terapéuticas irán dirigidas a identificar y restringir el potasio en la dieta. Así pues, el tratamiento de la acidosis metabólica sí que será adecuado, así como iniciar un diurético para incrementar la excreción urinaria de potasio. Únicamente se interrumpirá el tratamiento SRAA si las intervenciones nombradas fracasan.

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