Consejos para el cuidado de una cirugía anal

Escrito por:

Dr. Antonio Barrasa Shaw

Cirujano general

Publicado el: 30/06/2020
Editado por: Albert González


La cirugía anal se caracteriza por la necesidad del paso constante de heces. Esto tiene tres consecuencias:

Se ejerce presión sobre la herida. Existe un elevado riesgo de infección. No es posible mantener un apósito en la herida.

 

Por este motivo, normalmente se dejan las heridas abiertas para que se cierren naturalmente, puesto que los puntos podrían provocar dolor en la defecación o atrapar la infección en la herida cerrada.

 

La cirugía anal se caracteriza por la necesidad del paso constante de heces.

 

El problema es que las heridas abiertas tardan más en cicatrizar varias semanas. El tiempo puede variar en función del tamaño de la misma. En este sentido, es fundamenta cumplir con unas condiciones que garanticen una sanación rápida y segura:

Tener las heridas limpias y secas. Además, calmará el dolor. Lavarse tres veces/ día con agua y jabón, incluido tras la deposición. Atemperar el agua a una temperatura que sea agradable. Añadir opcionalmente un antiséptico en el agua. Secar bien la zona, ayudándose de un secador si es necesario. Evitar el estreñimiento y las deposiciones duras siguiendo las siguientes indicaciones: Realizar unas dos deposiciones blandas al día para evitar el sangrado. No existen alimentos prohibidos. Evitar los picantes porque pueden provocarle molestias en la herida. Tomar frutas, verduras y cereales integrales será de gran ayuda. Beber mucho líquido y tomar sopas y purés también le ayudará en su dieta.

 

Si a pesar de que sigue estas recomendaciones continua estreñido, su cirujano puede recetarle un laxante.

 

Debe tratar el dolor. El dolor no permite curar las heridas, sino todo lo contrario. Por ello, es fundamental que hable con su médico para que le pueda ayudar a encontrar un tratamiento adecuado para aliviar el dolor postoperatorio.

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