Colonoscopia total: mucho más que una prueba

Escrito por:

Dra. Patricia Gonçalves Cunha

Aparato digestivo

Publicado el: 04/02/2019
Editado por: Carlota Rincón Muñoz


La colonoscopia o endoscopia de colon, también llamada Fibrocolonoscopia, es una prueba de gran importancia para diagnosticar y prevenir el cáncer colorrectal. Esta prueba posibilita una exploración detallada sobre el recorrido del colon, identificando claramente las lesiones que pueda haber y permitiendo tomar biopsias y procedimientos complementarios que sean necesarios.

 

¿Cuáles son los beneficios de la colonoscopia?

La colonoscopia realiza un diagnostico seguro y eficaz que, generalmente, permite diagnosticar la mayoría de enfermedades inflamatorias o tumorales del colon. Para la realización de esta prueba se utilizan instrumentos tubulares largos y flexibles con una cámara en su extremo distal e introducido a través del ano. La cámara que incorpora tiene luz e imagen a tiempo real, además, lleva incorporado un canal interno que permite introducir el aparataje necesario para efectuar cualquier tipo de terapéutica. La técnica se realiza de manera ambulatoria y bajo sedación, por lo que el paciente no siente dolor durante el procedimiento.

 

La colonoscopia es una prueba de gran importancia para diagnosticar y prevenir el cáncer colorrectal

 

¿Qué patologías se pueden diagnosticar con la colonoscopia?

Las principales indicaciones de la colonoscopia son la prevención de cáncer colorrectal, el control y extirpación de pólipos, el control de cambios en el hábito evacuatorio, sospecha de enfermedad inflamatoria intestinal y estudio de los síntomas abdominales en general. Durante la prueba, se pueden realizar diferentes técnicas, diagnosticas o terapéuticas.

Polipectomía: consiste en la extirpación de lesiones polipoideas en las zonas estrechas en el recto y colon. Si durante la exploración se confirma la existencia de estas alteraciones tumorales, el tratamiento se realiza a través del endoscopio. Control de sangrados: si se produce cualquier tipo de lesión sangrante se puede tratar mediante electrocoagulación, esclerosis, coagulación con gas argón u otras técnicas similares. Resección endoscópica de tumores: esta prueba permite extirpar lesiones polipoideas de amplio volumen y diámetro, siempre que no infiltren la pared del colon o que haya un problema técnico para la resección endoscópica, en este caso se indica la extirpación quirúrgica. Mucosectomía: se realiza mediante la infiltración con diferentes sustancias bajo la mucosa del colon. Con esto se evita la perforación o el sangrado además de poder extirpar las lesiones polipoideas voluminosas o extensas que afectan a la mucosa del tubo digestivo y que de otra forma se deberían operar necesariamente. Técnicas Hemostáticas Endoscópicas: con estas se tratan las lesiones mucosas y/o polipoideas planas o sangrantes con el objetivo de hacer su extirpación de una forma segura, evitando el riesgo de perforaciones y hemorragias al efectuar una endoscopia terapéutica en los que haya riesgo de sangrado. Tatuaje con Marcador Endoscópico: esta técnica endoscópica se utiliza para marcar la situación de una lesión sospechosa de difícil localización, bien para poder extirparla o controlarla endoscópicamente, bien para su extirpación quirúrgica. Biopsia endoscópica: es la extracción de una o más muestras de tejido de la mucosa desde el tubo digestivo mediante una pinza introducida a través del canal del endoscopio. Extracción Endoscópica de Cuerpos Extraños: en ocasiones puede que cuerpos extraños se queden en el ciego o atravesados en la válvula ileocecal, como pueden ser tornillos de dentista, huesos de frutas u otros cuerpos extraños de pequeño tamaño o que se hayan introducido por vía anal como cánulas de irrigación u objetos relacionados con prácticas sexuales.
Pide cita con un especialista