Aprendiendo a afrontar la soledad

Escrito por:

Dra. Mariola Fernández Sánchez

Psicóloga

Publicado el: 31/10/2023
Editado por: Leo Santos


En muchas ocasiones, escucho a las personas expresar sentimientos negativos hacia la soledad en mis consultas. Recuerdo que escribí sobre este tema en el pasado cuando estábamos atravesando una situación social que nos obligaba a estar más en soledad de lo que estábamos acostumbrados. En ese momento, la mente humana, de forma casi automática, se ponía a la defensiva.

 

Lo curioso es que, con el tiempo, esta aversión a la soledad persiste. Continúo luchando por aclarar este malentendido que solo genera respuestas intimidatorias cuando la soledad se presenta, porque hemos aprendido a temerla como si fuera algo perjudicial.

 

Tu recurso más valioso: tú mismo

Permíteme recordarte algo fundamental: tu recurso más valioso eres tú mismo. Lo creía en el pasado y lo sigo creyendo hoy. Si puedes encontrar calma en tu propia compañía, habrás encontrado la paz en la vida.

 

Uno de los puntos clave aquí es no temer a la soledad, sino aprender a apreciarla. Tu espacio, tu tiempo y, sobre todo, tu relación contigo mismo son tesoros invaluables. Es crucial comprender que estar solo no es lo mismo que sentirse solo. Muchos de nosotros tememos la soledad porque, en cierto sentido, no nos conocemos lo suficiente como para disfrutar de nuestra propia compañía. Esto es una paradoja interesante, ¿verdad?

 

 Es crucial comprender que estar solo no es lo mismo que sentirse solo.

 

Recuperando la conexión contigo mismo

Como seres sociales, hemos aprendido a priorizar nuestras relaciones con los demás, lo cual es completamente natural. Sin embargo, es igual de importante recuperar ese espacio personal, esos momentos que nos hacen conscientes de nuestra identidad única e irremplazable. Y esos momentos de introspección ocurren en lo que llamamos "soledad".

 

Aquí, no estamos hablando de la soledad en términos de aislamiento social prolongado, lo cual puede generar sentimientos de miedo, desánimo y apatía, y agravar problemas emocionales existentes. Más bien, hablamos de valorar, analizar y conocer por qué, estando contigo mismo, no te sientes bien. ¿En qué punto de tu vida perdiste el contacto contigo mismo? Puedes ser tu mejor o peor compañía, dependiendo de cómo te relaciones contigo mismo.

 

Redescubriendo la soledad

Es verdad que las actividades sociales activan constantemente nuestro circuito cerebral de recompensa. El cerebro tiende a recordarnos que socializar es divertido mientras nos aburrimos estando solos. Sin embargo, este es el momento perfecto para reconectar contigo mismo y explorar tus gustos y áreas de mejora. No rechaces la idea de estar solo, ya que este aburrimiento puede ser un terreno fértil para ideas creativas.

 

Aprovecha esta oportunidad para actuar de manera diferente, explorar alternativas a lo que solías hacer y preguntarte: ¿qué pasaría si...? Esta autoconciencia te permitirá conectarte contigo mismo, descubrir intereses que quizás no conocías o habías dejado de lado.

 

Disfrutando de la soledad

Representar tu experiencia, entender lo que está sucediendo en tu mundo interno, es una estrategia no solo para enfrentar la soledad, sino también para conocerte mejor. Esta representación no siempre requiere la presencia de otra persona; actividades como la pintura, la escritura o el ejercicio corporal pueden fomentar tu conexión contigo mismo.

 

A medida que avanzas en este proceso, experimentarás una sensación de liberación que se traducirá en calma cuando lo hayas completado. Observarás que te has comunicado contigo mismo de una manera que quizás nunca antes habías experimentado.

 

Así que regálate el tiempo para escucharte a ti mismo, incluso cuando estés solo. De esta manera, nunca te sentirás realmente en soledad. Ante cualquier duda, es importante que consultes con un especialista en Psicología.

Pide cita con un especialista