La traumatología regenerativa restaura la vitalidad del tejido músculo-esquelético

En el 1741, en el libro “La Ortopedia, o el arte de prevenir y corregir las deformaciones del cuerpo”, aparece el símbolo de la Traumatología y Ortopedia conocido como el árbol de Andry. Este símbolo muestra la corrección de la deformidad de un árbol ligado a una estaca. Desde la Traumatología, esto es lo que define todo lo que se ha estado haciendo muchos años y se sigue haciendo: “enderezar” el cuerpo, fijar las partes rotas con placas, clavos o suturas, e incluso reponer con prótesis cuando es necesario.

¿En qué consiste la Traumatología Regenerativa?

La Medicina y la Cirugía Ortopédica va más allá de todo esto. La Medicina es la ciencia y el arte de curar y esta última palabra proviene del latín “curare”, que significa originalmente cuidar y se define como aliviar una dolencia aplicando los remedios correspondientes o restaurar la salud de una persona o de alguna parte de su cuerpo que esté afectada por una enfermedad o lesión. En este sentido, la diferencia entre ambos conceptos para sutil, pero es de suma importancia. Por un lado, en sus orígenes, la mayor parte de la Medicina se limitaba a aliviar las dolencias, tratando síntomas o paliando los efectos de las enfermedades del cuerpo, pero en este siglo estamos viviendo un cambio de paradigma revolucionario con la Medicina Regenerativa. Y por otro lado, el objetivo de la Traumatología Regenerativa es restaurar o regenerar las partes del cuerpo que se encuentran deterioradas o lesionadas, no solo estabilizarlas o sustituirlas.

Así pues, la Medicina Regenerativa consiste en restaurar la vitalidad del tejido músculo-esquelético: huesos, articulaciones, tendones, músculos ligamentos y hasta vasos y nervios, potenciando la capacidad de curación natural del cuerpo.

De esta manera, el símbolo del árbol de Andry cobra más sentido, ya que no solo se trata de enderezar, sino que también de plantar, abonar, podar y regar el cuerpo dañado, como si fuéramos jardineros y no sólo mecánicos o carpinteros.

¿Qué tipo de técnicas se pueden emplear para estimular el potencial regenerativo?

Pues parecido a la jardinería: en este caso, las semillas serían las células mesenquimales, también (mal) llamadas células madre, las cuales serían capaces de reproducirse y crecer y diferenciarse en células de diferentes tejidos como el hueso, el cartílago o el tendón.

Cuando nuestro cuerpo está sano estas células se encuentran “dormidas” y se movilizan y activan cuando el tejido se ha dañado y hay que repararlo. Pero a veces, cuando en una parte del cuerpo no funciona bien es necesario estimularlas o “plantarlas” desde otra parte.

El abono serían los factores de crecimiento y citoquinas, los cuales potencian y controlan el trabajo de las células para formar tejido sano y controlar la inflamación. El riego se entendería como las técnicas que aumentan la circulación sanguínea en la zona a tratar. Y, por último, el sustrato serían los biomateriales, encargados de sintetizar en laboratorio las moléculas similares a las que forman parte de nuestro cuerpo, como el ácido hialurónico o el colágeno, o polímeros sintéticos. Así, se hacen mallas que servirán como esquejes sobre los que puedan crecer las células reparadoras.

¿En qué tipo de lesiones traumatológicas se pueden aplicar?

En general, debe aplicarse en los casos en los que los daños no pueden ser resueltos completamente por los mecanismos normales de curación del cuerpo sin ayuda. En los casos que no tengan daño estructural grave, como tendinitis o lesiones musculares crónicas, o artrosis inicial, pueden (y deben) emplearse estas técnicas para revitalizar los tejidos. En este tipo de situaciones, normalmente, se realizan infiltraciones guiadas por ecografía o por rayos x.

Cuando el daño es mayor, se usan de forma conjunta la traumatología regenerativa junto con técnicas quirúrgicas que estabilizan la mecánica del cuerpo, volviendo a hacer referencia a la “estaca que endereza el árbol”, dándole a éste, además de la Medicina Regenerativa, el riego, abono y esquejes para que regenere.

También se usa en Medicina Deportiva para acelerar la recuperación de los atletas y puedan recuperarse en el menor tiempo posible.

¿Qué resultados se obtienen?

El objetivo de la Traumatología Regenerativa es la curación en el sentido de restauración de la parte del cuerpo afectada, que quede como antes de lesionarse o revertir su deterioro.

Hay publicados multitud de estudios científicos que avalan y evidencian la eficacia de estos tratamientos para la artrosis y para las lesiones deportivas, y cada vez se publican más estudios con altos niveles de evidencia, y a medida que avanzamos, cada vez sabemos más y tenemos más experiencia.

Puedes hacer la prueba: en un buscador científico de internet, por ejemplo, el “Google Scholar”, que está abierto a todo el mundo, si buscas los términos (casi todas las publicaciones están en inglés) “PRP” (factores de crecimiento de las plaquetas) encontrarás más de 60000 artículos científicos publicados; si buscas “osteoarthritis” y “mscs” (células mesenquimales) encontrarás casi 75000.

¿Qué beneficios tienen para el paciente? ¿Se pueden evitar cirugías gracias a la traumatología regenerativa?

El beneficio fundamental es que se potencian los mecanismos naturales de curación del cuerpo, sin alterar el mismo de forma permanente, como lo hacen algunas cirugías mutilantes, como las prótesis. Por ello, es importante tratar al paciente cuando el deterioro no está muy avanzado porque cuando el deterioro es severo e irreversible las grandes cirugías son la única solución. Además, al utilizar células y moléculas que se extraen del propio paciente, el riesgo de rechazo es mínimo.

¿Quieres más información acerca de la Traumatología regenerativa? Pide información al Dr. Luis Gallego Burgillo, especialista en Traumatología.