Las claves de la cirugía ortognática

¿Qué es la cirugía ortognática?

La deformidad dentofacial es una disarmonía existente entre el maxilar y la mandíbula que provoca una maloclusión (alteraciones en la mordida) y una alteración estética facial.

La cirugía ortognática es la cirugía encargada de resolver quirúrgicamente este tipo de deformidades dentofaciales, recuperando la posición correcta de los maxilares en los tres ejes del espacio. De este modo, se permite que el paciente recupere una buena oclusión (mordida) y se optimicen sus rasgos faciales para recuperar la armonía facial (belleza). Por lo tanto, en el objetivo de la cirugía ortognática se incluirán tanto restituir una correcta función masticatoria, como recuperar la estética facial alterada por la malposición de los huesos de los maxilares.

¿En qué casos es útil la cirugía ortognática?

La cirugía ortognática será útil en todos los casos en los que nos encontremos alteraciones estéticas faciales y alteraciones oclusales asociadas. Habrá también casos en los que la estética facial no esté muy alterada, pero en los que para conseguir una correcta mordida, la ortodoncia sea insuficiente, debido a que los movimientos dentarios serían excesivos. En estos casos, habrá que valorar si modificando la posición de los huesos conseguiremos restaurar la función masticatoria y mejorar la estética del paciente.

Habrá también otros problemas en los que la oclusión (mordida) sea correcta, pero por algún motivo la posición de los huesos no sea buena y altere la estética facial. Cuando suceda esto también se podrían mejorar los rasgos alterados con algunas osteotomías menores, como por ejemplo: una mentoplastia.

Últimamente, se está indicando en trastornos de apneas del sueño por motivos funcionales, realizándose avances de los maxilares para aumentar la vía respiratoria y permitiendo prescindir de los dispositivos de ventilación nocturna durante el sueño (CPAP). Estos serían los casos de mayor indicación de estos procedimientos.

¿Qué patologías corrige?

Principalmente, lo que hemos definido anteriormente como deformidades dentofaciales, corrigiendo el componente estético facial y el componente oclusal a nivel dental. Por este motivo, corrige alteraciones de la mordida que secundariamente provocan alteraciones de la articulación de la mandíbula. En estos casos, al corregir la forma de masticar de una forma más estable y equilibrada, podemos mejorar las alteraciones funcionales de la articulación temporomandibular (ATM) y los dolores musculares que se le asocian, en forma de cefaleas por contracturas de los músculos de la masticación.

Por otro lado, también actúa a nivel de las alteraciones de la vía aérea por malposición de los maxilares. Una posición retrasada de los huesos de los maxilares disminuye el espacio respiratorio (vía aérea superior), produciendo apneas del sueño por la noche. Esta patología conlleva un aumento de la sobrecarga funcional cardiaca por falta de oxigenación de la sangre y somnolencia diurna con cefaleas, debidas a un mal descanso por la noche. La corrección de la posición alterada de estos maxilares mejorará el espacio respiratorio de las vías altas, mejorando a su vez el flujo de aire cuando el paciente está tumbado. Esto le permitirá descansar mejor y una disminución del riesgo cardiovascular.

¿Cómo se llevan a cabo estas cirugías?

Este tipo de cirugía ha evolucionado de forma vertiginosa durante los últimos 30 años. El desarrollo tecnológico (software 3D, bisturís piezoeléctricos, impresión digital, motores más potentes y menos agresivos…) nos ha permitido pasar de una planificación bidimensional a una tridimensional, ganando sobre todo en precisión. Además, nos ha permitido ser más rápidos y precisos en el quirófano, además de poder planificar las cirugías virtualmente y elaborar unas guías de posicionamiento por impresión digital (CAD-CAM), las cuales posicionan los huesos en la posición tridimensional elegida en la cirugía virtual de nuestro ordenador.

Es una intervención que requiere un tratamiento ortodóntico previo encaminado a colocar los dientes con ortodoncia en una posición adecuada dentro de cada maxilar, corrigiendo así compensaciones dentarias que trae el paciente cuando llega a nuestra consulta. Una vez ordenados correctamente los dientes en cada arcada, siguiendo unas pautas previamente estudiadas, se interviene al paciente cortando los huesos por zonas estudiadas para evitar alterar estructuras vasculonerviosas. Finalmente, guiados por unas férulas previamente diseñadas en el ordenador e imprimidas en 3D, colocamos los huesos en la posición estudiada para optimizar la mordida y conseguir la cara más armónica posible.

Tras unas 3-4 semanas de recuperación, el paciente puede incorporarse a su vida de forma gradual, realizando ciertos cuidados dietéticos. A los 4-6 meses de realizar las últimas correcciones ortodónticas el caso estará terminado.