Nutrición bariátrica: ¿por qué es importante tras la cirugía?

La nutrición bariátrica es la especialidad de nutrición que realiza el tratamiento de los pacientes previa y posteriormente a la cirugía bariátrica para la pérdida de peso, en intervenciones como bypass gástrico, gastrectomía vertical, SADIS...

¿Qué beneficios aporta al proceso de la cirugía bariátrica?

Previa a la cirugía, el tratamiento nutricional es clave para la adecuada pérdida de peso, especialmente para el descenso de la grasa visceral. Con ello, los especialistas en Nutrición buscamos facilitar la intervención y la recuperación posterior del paciente.

En las fases posteriores, es fundamental para la adecuada tolerancia digestiva, sin incurrir en carencias nutricionales que pueden empeorar su estado de salud e interferir en la pérdida de grasa.

¿Cómo se realiza el abordaje nutricional?

En nuestro abordaje son fundamentales dos pilares:

• Educación nutricional: donde acompañamos al paciente a lo largo del proceso desde la tolerancia progresiva a alimentos hasta una dieta normalizada, ayudándole a conocer y manejar cómo funciona el tipo de intervención que se ha realizado. Además, le vamos dotando de las herramientas nutricionales que va a necesitar para saber más sobre los alimentos que necesita, gestionar su hambre-saciedad y mantener el peso perdido a largo plazo en definitiva.

• Chequeo de la composición corporal: partiendo del concepto de obesidad como el exceso de masa grasa perjudicial para la salud, en nuestros seguimientos vamos analizando que la pérdida de masa grasa sea efectiva, intentando preservar la masa muscular. Asimismo, es de vital importancia llevar un control analítico preciso de proteínas, vitaminas y minerales para ajustar la alimentación y suplementación, evitando déficits y posibles complicaciones.

¿Cuáles son los principales hábitos alimentarios a seguir?

Una vez superadas las fases de tolerancia a todos los grupos de alimentos lo más importante para asentar hábitos será:

• Planificar las ingestas con los alimentos que necesitan en su día y semana. Prestando especial atención al aporte de proteínas y fibra diarios.
• Hidratación fuera de las comidas: beber media hora antes y después de las comidas. Evitar bebidas gaseosas, zumos, alcohol.
• Comer en plato de postre y manejar las proporciones básicas de proteína magra, verdura e hidratos que deben consumir en las comidas principales.
• Comer consciente: masticando adecuadamente los alimentos, haciendo pausas durante la comida y prestando atención a la sensación de llenado del nuevo estómago...

Así como, conocer su hambre emocional y trabajar en mejorar su gestión.

Estos hábitos alimentarios deben acompañarse siempre de una actividad física adecuada y progresiva.

¿Durante cuánto tiempo se debe seguir?

Durante los primeros meses pasamos por distintas fases hasta finalizar con una alimentación saludable a la medida del paciente, que pueda mantener y gestionar de forma autónoma. Estos buenos hábitos alimentarios y autocuidado deben prevalecer a lo largo de la vida, porque si volvemos a hacer lo que nos llevó a ganar peso y empeorar nuestra salud podemos volver al mismo punto e incluso superior.