Consejos para mejorar los episodios de vértigo

Written by: Dr. Jaime Carbonell Casasús
Published:
Edited by: Margarita Marquès

Lo primero que debemos aclarar es que el vértigo no es una enfermedad, sino un síntoma que puede producirse por muchos trastornos, algunos del oído y otros no.

 

¿Qué sintomatología tiene?

Los síntomas que se producen son variados y pueden confundirse entre ellos. Además, junto con los síntomas del equilibrio, puede haber otros otológicos, como taponamiento de los oídos, acúfenos, hipoacusia y otros de tipo general como mal estar, sudoración, palidez.

 

Empezaremos por definir y diferenciar los tres síntomas más frecuentes.

 

  • Vértigo

Se trata de una alteración que hace referencia a una “alucinación del movimiento”. Esto quiere decir que el paciente tiene sensación de movimiento propio o del entorno cuando en realidad esta no ocurre. Habitualmente la sensación es de giro, pero también existen las sensaciones de desplazamiento hacia los lados, hacia delante, atrás, arriba o abajo, si bien son menos frecuentes.

 

  • Mareo

Es un síntoma que hace referencia al malestar general; trae consigo palidez, cambio del ritmo cardíaco, sensación de náuseas y sudoración fría, pero no sensación de movimiento propio o del entorno (es lo que se conoce como cortejo vegetativo). Suele decirse que siempre que hay vértigo hay mareo, pero no siempre que hay mareo hay vértigo.

 

  • Inestabilidad

Es una pérdida de equilibrio real (el paciente pierde realmente la estática y, si deambula, se va hacia los lados) o también puede ser una sensación que no se acompaña de una verdadera lateralización mientras se está quieto o caminando.

 

Existen herramientas muy potentes para la rehabilitación del equilibrio:
ejercicios en casa y la utilización de plataformas de posturografía

 

¿Afectan más a hombres o a mujeres? ¿Hay una edad determinada en la que aparezcan o da igual?

Teniendo en cuanta lo dicho anteriormente (que el vértigo es un síntoma), su frecuencia y distribución por edad y sexo dependerá de la enfermedad concreta que lo esté causando. En niños, el vértigo es poco frecuente y la causa suele ser un vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB); en jóvenes y la edad adulta el VPPB, la enfermedad de Ménière, y algunas del oído son las más habituales; en pacientes mayores el presbivértigo (trastornos del equilibrio por la edad) es una causa frecuente.

 

¿Se dan más en verano, con el calor, o es indiferente de la estación?

La época del año no influye en la presentación de vértigo, aunque el calor, el riesgo de deshidratación e insolación aumentan el riesgo de padecer síntomas parecidos.

 

¿Qué hacer cuando te dan?

El primer paso es establecer la causa del trastorno, ya que su tratamiento mejorará la clínica que produce (si es un tapón, quitarlo; si es por hiper o hipotensión, problemas del azúcar, tiroides, su tratamiento mejorará el cuadro).

 

En el caso de las crisis intensas, el uso de sedantes vestibulares y reposo suele ser la base del tratamiento, que suele prolongarse unos días hasta que la clínica remite. Es importante recalcar el papel del reposo; muchos pacientes recaen porque toman la medicación, pero intentan seguir haciendo vida normal.

 

Para casos de larga evolución, el tratamiento se basará en la rehabilitación vestibular mediante posturografía siempre que ello sea posible. Otras opciones son la cirugía (a veces se decide destruir el laberinto que causa el problema) o la utilización de tóxicos para destruir el laberinto sin cirugía.

 

Consejos sobre cómo mejorarlos: qué debes hacer y sobre todo, qué no debes hacer

En la gran mayoría de casos, una vez se ha establecido el diagnóstico y controlado el episodio se pueden prevenir recaídas mediante ejercicios de rehabilitación vestibular o, en algunos casos, medicación. El principal consejo es no pretender hacer vida normal y restringir la actividad física inmediatamente después de la crisis para dar tiempo a una recuperación o compensación. Reanudar una actividad normal demasiado pronto es la principal causa de recaída o del alargamiento e la recuperación. Otro aspecto a resaltar es el evitar actividades potencialmente peligrosas durante las fases de convalecencia (no es lo mismo caerse que hacerlo desde lo alto de una escalera).

 

La medicación para el vértigo tiene como objetivo aliviar los síntomas, pero no resuelve directamente el problema. Si, tras una crisis de vértigo, tomamos medicación para hacer vida normal el tiempo de tratamiento y de recuperación se verá alargado.

 

Actualmente existen herramientas muy potentes para la rehabilitación del equilibrio ya sea mediante ejercicios en casa, la utilización de plataformas de posturografía, que usan un ordenador para incrementar la respuesta del paciente y más recientemente la aplicación de tecnología de realidad virtual, que permite una inmersión del paciente en un entorno seguro y diseñado específicamente para su patología; además nos permite mejorar el desempeño de pacientes sin patología vestibular pero que presentan problemas como miedo a las alturas o cinetosis (marearse en los medios de transporte).

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr. Jaime Carbonell Casasús
Otolaringology

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