Avances en neuropsiquiatría: la intersección entre cerebro, comportamiento y salud mental

Entendamos lo siguiente: el neurólogo, en general, se ocupa de enfermedades de todo el sistema nervioso, es decir, cerebro, médula espinal y nervios periféricos, que tienen una base orgánica relativamente clara.

El psiquiatra atiende pacientes con enfermedades cuyos síntomas son mentales, emocionales o del comportamiento y que pueden o no, tener una causa biológica reconocible.

La neuropsiquiatría es un área de especialización centrada en el estudio de la relación existente entre el cerebro, su patología y la conducta humana. De alguna forma, es un profesional médico con conocimientos en ambas especialidades, lo neurológico y lo psiquiátrico, y resulta de especial relevancia su presencia cuando coexisten síntomas neurológicos, emocionales y comportamentales.

La neuropsiquiatría trata en gran medida enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y los accidentes cerebrovasculares y los trastornos psicológicos y conductuales derivados de los mismos.

Su objetivo es el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de enfermedades, tanto psiquiátricas como neurológicas, que dificultan la autonomía del paciente.

Cualquier persona con una enfermedad neurológica o psiquiátrica de cualquier tipo (Parkinson, esclerosis múltiple, trastorno mental, fobias…) que crea que sus capacidades mentales se están deteriorando y no le encuentre una explicación, puede beneficiarse de un seguimiento por profesionales con conocimientos en neuropsiquiatría.

Un equipo multidisciplinario de neurólogos y psiquiatras con conocimiento y especialización en neuropsiquiatría, es lo idóneo para el correcto diagnóstico y tratamiento una vez se procede a la valoración e interpretación de la patología cerebral. Esta área de conocimiento es especialmente interesante para el abordaje de pacientes con edad avanzada o con pluripatología.

¿Cuáles son los avances más relevantes en la comprensión de los trastornos neuropsiquiátricos en los últimos años?

Se han logrado extraordinarios avances en el tratamiento de las enfermedades mentales. Como resultado, hoy en día es posible tratar muchos trastornos psiquiátricos con éxito.

Los abordajes terapéuticos incluyen el tratamiento farmacológico, terapia electroconvulsiva y otros tratamientos de estimulación cerebral. Asimismo, también existe arsenal psicoterapéutico mediante sesiones de psicoterapia (individual, grupal, o familiar y conyugal), técnicas de terapia conductual (por ejemplo, las técnicas de relajación o la terapia de exposición).

En el caso de los principales trastornos de la salud mental, la mayoría de los estudios sugieren que un enfoque terapéutico que contemple la utilización conjunta de fármacos y psicoterapia, resultará más eficaz.

La neurociencia ha dado pasos agigantados en los últimos años, y uno de los avances más prometedores ha sido la Estimulación Magnética Repetitiva (EMT). La EMT es una técnica terapéutica, no invasiva, que utiliza pulsos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro.

¿Cómo pueden los pacientes entender la relación entre los factores neurobiológicos y los aspectos psicológicos en los trastornos neuropsiquiátricos?

Que los pacientes entiendan la relación de estos con su trastorno neuropsiquiátricos puede no ser una tarea sencilla y dependerá mucho del tipo de trastorno, de la evolución y de la vivencia de enfermedad.

En este contexto, la información general es que lo multifactorial es la norma en cualquier desorden de salud mental, interaccionando en mayor o menor proporción, factores neurobiológicos (una predisposición genética preestablecida, edad avanzada, abuso de alcohol o drogas) y aspectos psicológicos (aspectos afectivos, relacionales y cognitivos, como antecedentes familiares de problemas de salud mental).

La relación médico-paciente basada en la confianza y un abordaje de psicoterapia reglada ayuda en la comunicación eficaz y ayuda al compromiso hacia una dirección terapéutica común. Cualquier persona que entiende e interioriza lo que está sucediendo tiene una mejor adherencia y por lo tanto mejores resultados en el proceso recuperación.

¿Cómo se aborda desde la psiquiatría la diversidad de síntomas y manifestaciones en pacientes con condiciones como trastornos del espectro autista o esquizofrenia?

Un análisis exhaustivo de la historia evolutiva del paciente es imprescindible para el diagnóstico diferencial, en el caso de pacientes que sufren este tipo de enfermedades mentales. La edad de inicio de la sintomatología es un punto de diferenciación importante.

El pensamiento rígido y el discurso idiosincrásico del paciente con autismo suele confundirse con la convicción delirante y la desorganización típicas de la esquizofrenia.

Asimismo, las personas con autismo, por su parte, pueden mostrar una actitud de desconfianza o un pobre juicio social que puede confundirse con los trastornos psicóticos persistentes y defectuales.

El contenido más frecuente de los delirios esquizofrénicos son las ideas persecutorias, la persona se considera molestada, perseguida o engañada.

En las alucinaciones de la esquizofrenia suele haber voces que comentan el comportamiento de la persona. La persona con autismo a veces puede hablar sola o repetir escenas que ha visto, y esto puede interpretarse como delirios o alucinaciones sin serlo.

Cabe destacar que no todos los tratamientos tienen el mismo impacto en la mejoría de paciente, lo que se sabe es que:

1. Los abordajes integrales y multidisciplinares son más eficientes en el mantenimiento de una mejor estabilidad emocional y funcional del paciente.
2. El tratamiento debe ser individualizado en cada caso y extenderse a los convivientes y familiares del paciente.
3. El enfoque terapéutico debe estar diseñado a corto, medio y largo plazo ya que nos enfrentamos a patologías de largo recurrido en el paciente.

¿Cómo impactan los avances tecnológicos en la comprensión y tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos?

No hay dudas de que los avances tecnológicos han permitido una comprensión más amplia del cerebro humano, la neuroimagen y la genómica son parte importante de ello.

La neuroimagen es una técnica ampliamente usada en el diagnóstico de trastornos mentales. Gracias a ella se han podido identificar patrones que explican áreas cerebrales que están afectadas en las diferentes constelaciones sintomáticas.

La neuroimagen no invasiva es en la actualidad la única técnica que nos permite acceder al funcionamiento del cerebro humano “en vivo”. Por consiguiente, es una mirilla excepcional al interior de la mente humana.

La genómica por su parte es el estudio de la genética de un organismo. El poder anticipar personas más propensas a padecer algunas enfermedades, identificar patrones genómicos con fines diagnósticos o anticipar que tratamientos psicofarmacológicos pueden ser potencialmente más eficientes para el tratamiento de una determinada patología. Se erigen como líneas de investigación que a futuro tendrá su aplicabilidad en la práctica clínica y en el tratamiento de la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el síndrome de Tourette, los trastornos del espectro autista y la depresión.

¿Qué consejo principal darías a los pacientes que buscan comprender mejor su condición neuropsiquiátrica?

Lo mejor para un paciente es que hable sobre su salud mental de forma abierta y clara con la finalidad de establecer una alianza terapéutica con el profesional tratante. Una relación terapéutica sólida y basada en la confianza.

Los especialistas deben asegurar dar la información al ritmo que el paciente marque. La información debe ser veraz, adaptada a las particularidades de cada paciente y focalizada a plantear las opciones terapéuticas más adecuadas para una toma de decisiones conjunta entre el médico y el paciente.

Es importante hacer saber al paciente que no están solos en este proceso, ¿va a ser fácil?, seguramente no lo es, pero, vamos a estar contigo durante todo el recorrido, juntos buscaremos la mejor forma de tratamiento y que puedas reencontrarte con tu mejor versión.