Los profesionales sanitarios y la concilación familiar durante la COVID-19

La situación actual, en la que muchos profesionales están en riesgo diario de contagio de covid-19, ha supuesto un factor directamente relacionado con el estrés y el bajo estado de ánimo. Desde hace más de un mes, los psicólogos estamos atendiendo a profesionales sanitarios que muchas veces llegan a casa extenuados por las horas trabajadas en condiciones complicadas.

Algunos de ellos conviven a diario con la angustia y la incertidumbre de si estarán sanos, a pesar de haber tomado todas las precauciones posibles, y refieren rehuir o limitar el contacto con aquellos que más quieren, precisamente por miedo a contagiarles.

Esto ha llevado a muchos a cambiar temporalmente de residencia renunciando a estar con sus familias, o a enviar a sus hijos con otros familiares en un intento de protegerles.

Conciliar en tiempos de pandemia es complicado.

¿Cómo afecta anímicamente a los profesionales la falta de conciliación familiar?  Por ejemplo, hay profesionales que han decidido que sus hijos estén en la casa de los abuelos para no estar en contacto con ellos ante un posible contagio.

La conciliación familiar suele ser muy complicada y, si hablamos de profesionales sanitarios que no tengan un horario fijo, más.

Con frecuencia atiendo a mujeres muy estresadas que manifiestan agotamiento físico y mental por cambios de turno para poder llevar a sus hijos al colegio, o estar con ellos cuando salen del centro escolar. Muchas intentan trabajar por las noches y dormir por las mañanas, tras dejar a los niños en la escuela, lo que resulta complicado porque deben ocuparse también de tareas y quehaceres domésticos.

El problema se agrava cuando ambos progenitores trabajan a turnos, o en las familias monoparentales. En esos casos, los menores suelen dormir en casa de sus abuelos, o sus padres destinan una parte importante de sus ingresos a una persona que les cuide, que debe estar disponible para trabajar también a turnos.

Algunas familias se acogen a una reducción de jornada (frecuentemente las mujeres), pero otras no se lo pueden permitir, por la pérdida económica que ello les supone. Del mismo modo, hay quien se plantea una excedencia pero, una vez más, son muchos los que no pueden renunciar a un sueldo.

En este contexto, muchas profesionales sanitarias refieren ansiedad, especialmente cuando sus hijos son pequeños. Se sienten culpables y se quejan de que conciliar es renunciar.

La conciliación sin hijos, algunas veces también resulta complicada, especialmente si se trabaja a turno partido. En esos casos, muchos sanitarios manifiestan la necesidad de compartir más tiempo con su pareja y, en general, problemas para compatibilizar su vida laboral con la personal.

La situación se complica aún más, si cabe, cuando los profesionales sanitarios trabajan por cuenta propia.

¿Qué consejos pueden ayudar a afrontar la situación de falta de conciliación familiar?

Es difícil generalizar, pero la conciliación familiar suele ser menos complicada a medida que los hijos crecen, porque son más autónomos.

Delegar en la pareja, siempre que sea posible, facilita que uno pueda descansar y abordar la jornada con menos cansancio físico.

Priorizar suele funcionar. La dificultad estriba en que muchas veces uno está tan inmerso en el problema, que le resulta difícil hacerlo bien y ser práctico sin sentirse culpable.

En relación con la situación derivada de la covid-19 y los profesionales sanitarios que han renunciado voluntariamente a estar con sus hijos por el riesgo que entraña su profesión, estos suelen beneficiarse del contacto frecuente con ellos por teléfono, videollamada o cualquier otro medio de comunicación.

De este modo se les recomienda:

• Continuar interesándose por las actividades y el funcionamiento de la vida familiar, a pesar de que no estén físicamente allí, involucrándose en la toma de decisiones diarias en la medida de lo posible
• Realizar juntos actividades por videoconferencia tales como compartir mesa en alguna de las comidas familiares, en función del turno de trabajo, por ejemplo, y acompañar a sus hijos a lo largo de diferentes momentos del día.
• La familia puede actuar como factor protector y amortiguador de los efectos del estrés y la soledad. La familia puede aceptar emocionalmente mejor la situación de no vivir temporalmente con uno de sus miembros si este continúa en contacto con ellos.

A nivel de pareja esta situación también afecta, ¿Cómo pueden sobrellevar mejor esta situación los profesionales sanitarios con sus parejas?

Los sanitarios suelen ser profesionales con un acusado sentido de la responsabilidad y vocación de servicio, que dedican gran parte del día a atender a pacientes, investigar o estudiar.

Actualmente y debido a la situación de emergencia sanitaria, muchos refieren una mayor dedicación en términos de horas al día que, puede traducirse en un mayor cansancio físico y mental.

En este contexto, hacer el esfuerzo de intentar reservar un tiempo para estar con la pareja y fomentar una comunicación fluida, puede ayudar a sobrellevar mejor estos momentos, actuando como factor protector desde un punto de vista psicológico.

Conviene que el profesional sanitario no niegue el impacto emocional que esta situación puede estar ocasionándole y que interprete adecuadamente sus emociones.

¿Cómo afrontar el estrés laboral que viven diariamente los profesionales de la sanidad?

Depende del caso concreto pero, en general, la mayor parte suelen convivir con niveles moderados o elevados de estrés y de cansancio físico, que últimamente se han agravado por la situación actual.

Si, desde hace un tiempo, cada vez era más frecuente que acudiesen al psicólogo para que les ayudásemos a gestionar el modo de enfrentarse a situaciones que pueden cambiar, o que no son susceptibles de cambio, en las últimas semanas comienzan a referir las primeras huellas psicológicas de la covid-19.

En este sentido deben entender que es normal que experimenten variaciones en su estado emocional como consecuencia de los cambios constantes a los que deben readaptarse.

También deben entender que es lógico que sientan que a veces las demandas exceden sus recursos reales o percibidos y que, como consecuencia, pueden aparecer el estrés y la sensación de indefensión o de culpa.

En relación con estos y otros síntomas conviene buscar ayuda en el entorno familia, amigos… En el laboral, por ejemplo, es deseable propiciar espacios de encuentro diarios, a modo de rutina, en los que se puedan tratarse temas técnicos y emocionales en un ambiente de confianza.

Si uno no mejora, debe acudir a un profesional de la salud mental para que le pueda ayudar.