¿Es normal tener problemas sexuales en la pareja?

Escrito por: Maria Magdalena Orosan
Publicado: | Actualizado: 21/03/2023
Editado por: Sofía Berrón

La sexualidad es una parte importante dentro de una relación de pareja. Según la teoría del triángulo del amor de Sternberg, en una relación completa tienen que darse tres factores:

  • Pasión: deseo sexual o romántico de gran intensidad, acompañado de la búsqueda de la unión física y/o emocional con el otro.
  • Intimidad: confianza en el otro y acercamiento hacia él, unido a sentir empatía y preocupación por cómo se siente.
  • Compromiso: el trabajo y la responsabilidad que conlleva mantener el vínculo con la pareja.

Sin embargo, los problemas relacionados con la sexualidad son mucho más frecuentes de lo que solemos pensar y muchas personas no le dan la importancia que merecen, ya sea por vergüenza o por minimizarlos. En general, cuando acuden a consulta con un especialista, el problema se ha cronificado y ha generado un altísimo malestar emocional.

La falta de deseo sexual, el vaginismo y los problemas en la erección son
los problemas sexuales más frecuentes en las parejas

 

Los problemas sexuales más comunes en una pareja


Falta de deseo sexual

 

Es frecuente que una de las personas que integran una pareja tenga falta de apetencia o deseo sexual. Esto no suele ser un problema para la propia persona, ya que no lo percibe como tal, pero sí suele serlo para su pareja, que muchas veces interpreta la falta de deseo del otro/a como un problema propio. En ese momento surgen pensamientos como ‘’es por mi’’, ‘’no le atraigo’’ o ‘’no se si soy lo que quiere’’, lo que suele conducir a un aumento de inseguridad y falta de autoestima.

No obstante, cuando indagamos un poco más, enseguida solemos descubrir que el miembro que presenta falta de deseo sexual ha tenido o tiene factores de estrés importantes en su vida, que le alejan del autocuidado y le impiden tener momentos de relajación. Incluso, a menudo, nos damos cuenta de que la pareja ya ni siquiera tiene momentos de intimidad.

Tener en cuenta estos aspectos a la hora de evaluar el problema es fundamental ya que, si uno mismo no tiene las necesidades fisiológicas básicas como el sueño cubiertas y no hay momentos de intimidad con la pareja, es difícil que exista deseo sexual que favorezca los encuentros con la otra persona. Por esta razón, muchas veces lo primero es realizar una adecuada gestión del estrés y cambiar algunas pautas.

 

Problemas en la erección

Los problemas de erección suelen estar relacionados con situaciones determinadas en las que tenemos ciertas expectativas que no se cumplen y, a raíz de eso, desplegamos toda una serie de pensamientos dañinos como “he sido incapaz de mantener una erección en nuestro último encuentro sexual, ¿será que soy impotente?’’, ‘’como hombre siempre tendría que tener erecciones perfectas’’ o ‘’¿Y si a mi pareja ya no le gusta tener sexo conmigo o no le atraigo?’’.

En la mayor parte de las ocasiones el problema no surge de una vez aislada en la que no se consiguió la erección, si no en la interpretación que se hace de esa situación y cómo esa interpretación puede condicionar a la persona de cara a futuras relaciones sexuales.

Generalmente, se manifiesta mucha vergüenza, culpabilidad o expectativas irreales sobre cómo debería ser el sexo y nos cuesta aceptar que hay relaciones sexuales en las que se disfruta más y en otras menos, según la situación y el momento vital por el que estamos pasando.

Por esta razón, es importante naturalizar y educar psicológicamente sobre la sexualidad, porque comprender es un 50% del trabajo y nos permite poder relajarnos, fundamental para conseguir la erección.

 

Vaginismo

El vaginismo es un problema sexual en la que los músculos de la vagina se contraen y se tensan involuntariamente en respuesta a la penetración sexual, a un examen ginecológico o a la inserción de un tampón. Habitualmente, se asocia con experiencias sexuales previas dolorosas o incluso traumáticas, así como con poco conocimiento sobre el propio cuerpo y mitos sobre la sexualidad.

En estos casos la mujer tiene que comenzar a explorar su cuerpo, guiada por un terapeuta sexual, sentirse cómoda y segura e ir a su propio ritmo, respetando sus tiempos. Además, es importante realizar una adecuada educación sexual, desmitificando creencias erróneas sobre la sexualidad.

En casos complejos donde ha habido experiencias traumáticas, hay que trabajar el trauma y conseguir que la paciente entienda la relación entre sus vivencias y las consecuencias que le ha generado, a la par que va procesando emocionalmente su experiencia.

Es importante situar el control en la mujer y definir cómo le gustaría que fuera su relación con la sexualidad, reestructurando sus creencias presentes, en caso de que interfieran funcional y emocionalmente.

Para ampliar la información sobre las principales disfunciones sexuales pincha aquí.

 

El acoso en relaciones de pareja

Se considera que hay acoso o violencia dentro de la pareja cuando existen estrategias coercitivas que implican vejar, manipular o controlar al otro individuo, coartándole su libertad, haciéndole responsable de sus propios actos o no respetando sus tiempos, espacios, relaciones, forma de ser y de vestir.

La violencia suele empezar de manera casi imperceptible, con comentarios como “no me gusta o no me siento bien cuando sales con tus amigas y yo me quedo en casa’’, ‘’he respondido de manera agresiva porque tú me provocaste’’, “¿Por qué te pones esa falda?” o ‘’mándame una foto para ver que estás con tus amigos’’. Sin embargo, suele ir escalando, siendo los niveles más altos los correspondientes a la agresión física e incluso la muerte.

Por esta razón, hay que estar atentos a los primeros indicios de violencia, ya que estamos muy insensibilizados ante la violencia psicológica, que puede hacer el mismo o incluso más daño que la física.

Cuando algo no va bien dentro de la relación, no me siento realmente libre, o me siento controlada y no respetada por mi pareja, tengo problemas de autoestima o dudo de mi criterio, pueden ser indicios de que existe violencia o acoso. En estos casos es importante que la persona siga su intuición a la hora de buscar ayuda, y no espere que la otra persona lo vea de la misma manera, ya que en muchos casos se intenta minimizar el problema o depositar la responsabilidad en la víctima.

En estos casos en los que existe violencia no es recomendable realizar terapia de pareja, excepto que la violencia venga de parte de los dos y ambos sean conscientes y tengan el compromiso para relacionarse de otra manera. En situaciones así se suele firmar un contrato de no violencia, donde las dos personas deben garantizar que no usarán la agresión en el proceso terapéutico.

El especialista debe brindar herramientas alternativas para poder utilizarlas en los momentos de impulsividad, como la técnica del tiempo fuera, que implica un distanciamiento de la situación conflictiva, no retomando la conversación hasta que ambos miembros estén relajados y así lo manifiesten, pasando a tener conversaciones racionales que lleven a mejorar sus conflictos.

En cuanto a la terapia individual, cuando la víctima es una y está o ha salido de una relación de maltrato, hay que hacer un trabajo muy completo que incluye: buscar una zona segura, buscar pilares en los que pueda apoyarse, trabajar las consecuencias de la violencia y devolverle la seguridad y el poder sobre sí misma.

Por Maria Magdalena Orosan
Sexología

La Sra. María Magdalena Orosan es una reputada psicóloga y sexóloga en Madrid que cuenta con varios años de experiencia. Es graduada en Psicología por la Universidad Nacional a Distancia - UNED, y obtuvo el Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Europea, complementando su formación como experta en sexualidad terapia de pareja, acreditada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP Madrid).

Además, cuenta con formación en violencia de género, disfunciones y trastornos sexuales, así como en trastornos de la personalidad. Tiene una amplia experiencia en terapia sexual, psicoterapia individual, así como en la terapia de pareja. Además, es experta en disfunción eréctil, vaginismo, eyaculación precoz, falta de deseo sexual, anorgasmia o ansiedad sexual, entre otros.

Es colaboradora habitual de diferentes medios de comunicación (prensa y radio), destacando las revistas "Vogue" y "Hola" para creación de artículos sobre sexualidad, trastornos de la personalidad, problemas de pareja y acoso en la pareja. A lo largo de su trayectoria, ha trabajado en prestigiosos centros, como Psicopartner, Psicoterapia Integral Mujer o en Therapy Chat, entre otros.

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