Radiación de dosis alta (HDR)
¿Qué es la radiación de dosis alta (HDR)?
La radiación de dosis alta (HDR, por sus siglas en inglés) es una forma avanzada de radioterapia que administra altas dosis de radiación en sesiones cortas, directamente en el área afectada por el cáncer. A diferencia de la radioterapia convencional, la HDR es extremadamente precisa, lo que permite concentrar la radiación en el tumor, minimizando el daño a los tejidos sanos circundantes.
Este tratamiento no suele requerir anestesia, aunque en algunos casos, se puede usar anestesia local si el procedimiento involucra la inserción de dispositivos en el cuerpo.
¿Por qué se realiza?
La radiación de dosis alta (HDR) se realiza para tratar diversos tipos de cáncer, incluyendo cánceres ginecológicos, de próstata, de mama, y de cabeza y cuello, entre otros. Se emplea para destruir las células cancerosas y reducir el tamaño del tumor, especialmente en áreas donde la radioterapia externa sería menos eficaz o más dañina para el tejido sano. También es útil cuando se busca un tratamiento que pueda completarse en menos tiempo que la radioterapia de dosis baja (LDR) o externa, ya que la HDR permite realizar el tratamiento en menos sesiones.
¿En qué consiste?
La HDR utiliza una fuente radiactiva que se coloca temporalmente dentro o cerca del tumor. Durante el procedimiento, los aplicadores o catéteres se insertan en la zona afectada, guiados por imágenes como tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM). Posteriormente, se introduce una fuente de radiación que permanece en su lugar durante unos minutos. Una vez administrada la dosis de radiación, los aplicadores se retiran.
Este tipo de tratamiento es muy preciso y se realiza en varias sesiones cortas, que pueden ser diarias o semanales, según el tipo y la localización del cáncer. En comparación con otros tratamientos de radiación, la HDR permite una administración rápida y controlada de dosis elevadas de radiación.
Preparación para la radiación de dosis alta (HDR)
Antes de la HDR, es necesario realizar una evaluación exhaustiva del paciente para planificar el tratamiento de manera efectiva. Los pasos de preparación incluyen:
- Imágenes diagnósticas: se pueden utilizar pruebas como la TC o la RM para identificar con precisión la ubicación del tumor y planificar el tratamiento.
- Consultas preoperatorias: para explicar el procedimiento al paciente y asegurarse de que no haya contraindicaciones.
- Ayuno: en caso de que se utilice anestesia local o sedación, se puede pedir al paciente que ayune antes de la intervención.
- Suspensión de medicamentos: algunos medicamentos pueden interferir con el tratamiento, por lo que el médico puede recomendar suspenderlos temporalmente.
Cuidados tras la intervención
Después del tratamiento con HDR, los pacientes pueden experimentar algunos efectos secundarios leves, como enrojecimiento o irritación en el área tratada, cansancio, o molestias temporales. Los cuidados posteriores son:
- Evitar actividades físicas intensas durante los primeros días.
- Mantener una buena higiene en la zona tratada.
- Seguir las instrucciones del médico respecto al manejo del dolor, si es necesario.
- Asistir a las revisiones periódicas para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar posibles complicaciones.
La mayoría de los pacientes pueden reanudar sus actividades normales poco después del tratamiento, ya que la HDR generalmente no requiere hospitalización prolongada.
Alternativas a este tratamiento
Las alternativas a la HDR incluyen:
- Radioterapia de dosis baja (LDR): emplea una fuente de radiación más baja durante un período de tiempo más largo, lo que puede requerir más sesiones o incluso hospitalización.
- Radioterapia externa: usa haces de radiación desde fuera del cuerpo, aunque puede afectar más a los tejidos sanos.
- Cirugía: dependiendo de la localización y el tipo de cáncer, la cirugía puede ser una opción curativa o paliativa.
- Quimioterapia: utilizada en combinación con la radioterapia en ciertos tipos de cánceres para aumentar la efectividad del tratamiento.
- Inmunoterapia o terapias dirigidas: nuevos enfoques que ayudan a fortalecer el sistema inmune para combatir el cáncer o atacar células tumorales específicas.
El oncólogo radioterápico evaluará el tipo de cáncer y las condiciones particulares del paciente para recomendar la mejor opción de tratamiento.