Láser para cicatrices
¿Qué es el láser para cicatrices?
El láser corrector de cicatrices es un tratamiento destinado a mejorar el aspecto de las cicatrices o marcas de la piel, ya sean producidas por acné, por heridas, por quemaduras o por otro tipo de lesiones.
Será el especialista el que deberá determinar qué nivel de mejora o corrección se podrá obtener para cada tipo de cicatriz.
Por ejemplo, las cicatrices del acné son algunas de las que mejor responden a esta técnica.
¿Por qué se realiza?
El objetivo de este tratamiento es la mejora estética de las cicatrices o marcas de la piel.
Existen diferentes tipos de cicatrices y, por ello, hay diferentes tipos de láseres que se adaptan a ellas para poder tratarlas:
- Las cicatrices hiperpigmentadas presenta una coloración oscura fruto de un mayor grado de melanogénesis vinculado al proceso inflamatorio de reparación. Este tipo de cicatrices pueden aclarase de forma acelerada y con muy buen resultado utilizando láseres capaces de calentar la melanina, como el láser de Alejandrita Q-Switched o la Luz Pulsada Intensa de Uso Médico (IPL).
- Las cicatrices hipopigmentadas presentan un color más claro que el resto de la piel sana Láser de Luz Ultravioleta de Banda Estrecha.
- Las cicatrices atróficas: son cicatrices típicas de acné, que a veces simulan un piqueteado en la piel con forma de "U". Las estrías también entran en el grupo de cicatrices atróficas, ya que en ellas se produce una rotura del tejido dérmico. Este tipo de cicatrices se han beneficiado notablemente de los avances en tecnología láser. Pueden usarse dos tipos de láser para tratarlas: Láser CO2 Fraccional Ablativo y el Láser Fraccional No Ablativo Infrarrojo.
- Las cicatrices hipertróficas y queloides se caracterizan por ser rojas, duras y por producir picor, pero se mantienen en el límite de la herida quirúrgica. Las queloides se diferencian sólo porque crecen sobrepasando los límites de la herida de la piel. El láser que se usa para tratarlas es el Láser de Colorante Pulsado, combinado con una infiltración con corticoides intralesionales y la aplicación de presoterapia (en forma de láminas de silicona).
¿En qué consiste?
La aplicación del láser no es dolorosa.
Consiste en desplazar la luz del láser (emitida desde un aparato especializado) por la cicatriz. Esto se realiza con el objetivo de disminuir las lesiones de las primeras capas de la epidermis y suavizar las irregularidades cutáneas, así como quitar o eliminar las cicatrices paulatinamente, a medida que se provoca la renovación de las capas superficiales de la piel.
Además, dependiendo del tiempo transcurrido desde su aparición se requerirán más o menos sesiones de tratamiento, que normalmente son entre cinco y ocho.
Preparación para el láser para cicatrices
Antes de empezar con alguno de los tratamientos con el láser, es indispensable que se el médico especialista en Dermatología haga una valoración médica del paciente para determinar si es necesaria una preparación previa de la piel con productos tópicos específicos.
Cuidados tras la intervención
Algunas de las recomendaciones que se hace a los pacientes que se realizan cualquier procedimiento sobre la piel es aplicarse una fotoprotección con FPS50 estricta, aunque a ser posible se recomienda al paciente que evite recibir directamente los rayos del sol.
Alternativas al láser para cicatrices
Como alternativa de tratamiento de las marcas de acné o cicatrices atróficas se puede optar por inyecciones de ácido hialurónico, los dermarollers o rodillos dermatológicos y las inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP).
También se puede usar la radiofrecuencia, un sistema parecido al láser, para tratar este tipo de cicatrices.
En el caso de las cicatrices hipertróficas-queloides pueden emplearse técnicas como la extirpación quirúrgica, la crioterapia y las infiltraciones de 5-Fluoruracilo.