Desfibrilador interno
¿Qué es el desfibrilador interno?
Un desfibrilador automático implantable (DAI), también conocido como desfibrilador interno, es un dispositivo médico para tratar arritmias cardíacas. A través del aparato se hace circular una corriente eléctrica brusca y de alto voltaje para detener y revertir estas arritmias.
Está compuesto de estas partes:
- Generador de pulso: es aproximadamente del tamaño de un reloj de bolsillo grande. Contiene una pila y circuitos eléctricos que leen la actividad eléctrica del corazón.
- Electrodos: son alambres, también llamados derivaciones, que pasan a través de las venas hasta el corazón. Estos alambres conectan dicho órgano con el resto del dispositivo. El DCI puede tener 1, 2 o 3 electrodos.
- Marcapasos: la mayoría de los DCI tienen un marcapasos incorporado.
¿Por qué se utiliza?
El desfibrilador interno se utiliza para tratar arritmias ventriculares que incluyen fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sostenida. Es decir, en los casos en los que los latidos del corazón son inestables y peligrosos para el paciente.
Además de su función desfibriladora, muchos dispositivos DAI pueden tener función de marcapasos. En este sentido, son capaces de detectar el ritmo cardíaco y si la frecuencia cardiaca se encuentra por debajo de 60lpm comenzará a estimular el corazón. Sin embargo, a diferencia de los marcapasos, los DAI también cuentan con una función antitaquicardia.
¿En qué consiste?
El desfibrilador implantable captura las anomalías del ritmo cardíaco y actúa enviando automáticamente una descarga eléctrica fuerte y brusca, con energía suficiente para que la arritmia remita y el corazón recupere su ritmo normal.
La intervención quirúrgica dura unos 90 minutos aproximadamente y se realiza bajo anestesia local. Durante la cirugía el dispositivo se coloca cerca de la clavícula, en la zona torácica, y se conectan los electrodos al corazón. Estos electrodos envían señales eléctricas si se producen latidos cardíacos anormales. Una vez se finaliza la operación, se cierra la incisión quirúrgica.
Preparación para el desfibrilador interno
Antes de la cirugía, se llevan a cabo evaluaciones exhaustivas para determinar la idoneidad del paciente para colocarse un desfibrilador interno. El especialista en Cardiología realizará estudios y pruebas cardíacas para valorar el estado del corazón y, por lo tanto, la mejor estrategia de tratamiento.
Además, se harán pruebas de compatibilidad para asegurar que el dispositivo eléctrico no interfiera con otros aparatos médicos que pueda tener el paciente.
Cuidados tras la intervención
El tiempo de recuperación de la operación es de dos semanas aproximadamente. Aunque los puntos de sutura se retiran al décimo día y se realizarán controles periódicos cada 2 años aproximadamente para comprobar el correcto funcionamiento del dispositivo.
En caso de detectar síntomas anómalos, como hematomas o irritación del área, así como descargas frecuentes, será necesario ponerse en contacto inmediatamente con el servicio de urgencias.
Por último, es fundamental tener en cuenta que tras la operación está totalmente someterse a resonancias magnéticas o recibir tratamientos de estimulación neuromuscular.