Cáncer de testículos
¿Qué es el cáncer de testículo?
El cáncer testicular ocurre cuando se forman células cancerosas en los testículos, que son las glándulas ovaladas que producen el esperma y la hormona testosterona en hombres de entre 15 y 35 años. Puede ocurrir en uno o en los dos testículos, y es más frecuente en hombres jóvenes y en aquellos que tuvieron un desarrollo testicular anormal o un testículo no descendido desde el nacimiento, o bien si existen antecedentes genéticos.
El cáncer de testículo puede ser de varios tipos: carcinoma embrionario, tumor de saco vitelino, coriocarcinoma, teratoma inmaduro o teratoma maduro.
¿Qué síntomas presenta el cáncer de testículo?
Los síntomas de los tumores testiculares son: un bulto duro e indoloro en los testículos o la región inguinal, dolor y sensibilidad en el área del pecho, dolor en el escroto y sensación de pesadez o hinchazón en el escroto.
¿Cuáles son las causas del cáncer de testículo?
Las principales causas que provocan la aparición del cáncer de testículos son genéticas, debido a que el testículo no se haya desplazado correctamente desde el abdomen hasta el escroto durante su formación. Asimismo, también se presenta en pacientes que han estado sometidos a sustancias agresivas o tóxicas por un largo periodo a causa de su trabajo.
¿Se puede prevenir el cáncer de testículo?
Como las causas de este tipo de cáncer son inevitables, no existe ningún método concreto para prevenirlo. Sin embargo, se ha demostrado que la orquidopexia, la cirugía para bajar y fijar el testículo no descendido al escroto, puede prevenir el desarrollo del cáncer de testículo en niños con croptorquidia (trastorno por descenso incompleto de un testículo hacia el escroto).
¿En qué consiste el tratamiento del cáncer de testículo?
Este tipo de cáncer tiene una estadística de curación de más de un 90% si se localiza y se trata a tiempo. Existen varios tratamientos que se escogen en función del estadio en el que se encuentre el tumor:
- Estadio I: como este tipo de tumor afecta sólo al testículo, la cirugía para extirparlo suele ser suficiente en la mayoría de los casos, aunque en otros se puede necesitar un tratamiento con quimio o radioterapia para disminuir el riesgo.
- Estadio II: afecta también los ganglios del retroperitoneo. El tratamiento a elegir es la quimioterapia.
- Estadio III: si el pronóstico es favorable, el paciente recibe tres ciclos de quimioterapia y, si es intermedio o desfavorable, es tratamiento se basa en cuatro ciclos y, en algunos casos, se pueden dar otras alternativas, como quimioterapia a dosis altas con ayuda de progenitores de médula ósea.