Todo lo que debe saber sobre el lumbago
Escrito por:
Traumatólogo
Publicado el: 15/07/2014
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El lumbago es aquello que conocemos como dolor en la región lumbar, situado en la zona de la espalda entre las últimas costillas y los glúteos. Lo podemos clasificar según distintos criterios, los más frecuentes, según su duración: dolor agudo y crónico. El dolor agudo es de aparición brusca, generalmente intenso y de duración limitada (va de días a pocas semanas). El dolor crónico, por otro lado, se produce cuando la duración sobrepasa las ocho semanas. Se trata de un dolor moderado pero persistente. También se puede clasificar según la intensidad del dolor, aunque es difícil de definir debido a su subjetividad.
Causas y origen
El origen del lumbago es muy variado, aunque por lo general existen dos grandes tipos: el mecánico y el inflamatorio. El dolor de origen mecánico es el más frecuente, y se debe a alteraciones propiciadas por la función y las cargas que sometemos a la columna, junto al envejecimiento progresivo de las estructuras que la forman. El inflamatorio, por el contrario, tiene su origen en enfermedades propias de la columna, como podría ser una espondilitis o enfermedades sistémicas (como osteoporosis o tumores).
La lumbalgia más habitual es la mecánica. Dentro de estas, la llamada degenerativa es la más frecuente entre los afectados. En este tipo de lumbago se producen alteraciones dinámicas que afectan las articulaciones vertebrales posteriores, y dicho deterioro provoca un dolor conocido como síndrome facetario lumbar. Éste es el principal causante del lumbago más frecuente.
Tratamiento
Como siempre, la prevención es sin duda el mejor tratamiento. Eliminar sobrepeso, no realizar esfuerzos innecesarios, no acostumbrarse a malas posturas o no fumar, además de realizar deporte de manera sistemática nos ayudará a retrasar estos fenómenos degenerativos. Los tratamientos propiamente dichos dependerán de la intensidad o la duración del lumbago. Con la toma de antiinflamatorios suele ser suficiente, aunque los casos extremos pueden llegar a tener la necesidad de pasar por el quirófano. No obstante, existen muchos tratamientos entre ambos extremos.