Tipos de bocio y tratamientos necesarios
Escrito por:El bocio es el aumento de volumen de la glándula tiroides. Cuando éste no obedece a una lesión nodular, sino que su agrandamiento es de forma difusa, se denomina bocio simple.
Generalmente el bocio simple es debido a una deficiencia de yodo en la alimentación, lo que se denomina bocio endémico, aunque existen otras causas que evitan la formación de hormonas tiroideas y también lo producen como, por ejemplo, enfermedades autoinmunes o algunos medicamentos, con el litio o la amiodarona, entre otras causas. Hablamos entonces de bocio esporádico, no tóxico.
Síntomas del bocio
En general, la sintomatología de cualquier tipo de bocio es mínima, pues la mayoría de los pacientes suelen tener unos niveles normales de hormona tiroidea. Pero en otras ocasiones puede existir clínica de hiperfunción hormonal (bocio tóxico) o de hipofunción.
Ante un excesivo tamaño de la glándula o de los nódulos contenidos en ella, pueden darse problemas locales compresivos que originen sensación de cuerpo extraño, tos, problemas en la deglución, o dificultad respiratoria en algunas posturas, principalmente al tumbarse.
Diagnóstico del bocio y su evolución
Su diagnóstico se realiza mediante la historia médica y exploración física del paciente, además de la analítica hormonal y de pruebas de imagen, como la ecografía y la gammagrafía.
A veces, el bocio o aumento del tamaño de la glándula se acompaña de nódulos. Es cuando se habla de un bocio uni o multinodular. En estos casos es conveniente analizar también la progresión, forma, tamaño, captación y celularidad de los nódulos y así evaluar su benignidad o malignidad.
Tratamiento del bocio en función de su origen
El tratamiento depende de la causa pudiendo ser necesaria la cirugía, el yodo radiactivo, suplementos de yodo o de hormona tiroidea, en función de cada caso.
Prevenir el bocio con el control de la tiroides
Salvo las causas alimentarias o farmacológicas, es difícil prevenir la aparición de un bocio, especialmente de los nódulos.
Como prevención general, lo primero es mantener un correcto control de los niveles de las hormonas tiroideas. Respecto a un nódulo ya surgido, lo aconsejable es el seguimiento por parte de un endocrinólogo, el cual evaluará los procedimientos diagnósticos y las pautas de tratamiento a realizar. Estas últimas podrán ir desde la simple observación, hasta el tratamiento farmacológico o quirúrgico, con extirpación parcial o total de la glándula.