Prótesis de cadera, una intervención individualizada

Escrito por:

Dr. Marco Palomar Schöpf

Traumatólogo

Publicado el: 13/11/2014
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La prótesis de cadera es una intervención que se realiza cada vez más a menudo, debido al aumento de la edad de la población y a la razonable demanda de calidad de vida por parte de los pacientes. Esta mejora responde a que los pacientes con cierta edad, todavía tienen una vida muy activa que no quieren que se vea limitada por los dolores articulares.

Se trata de un sustituto artificial para una cadera que el paciente tiene desgastada, ya que ese desgaste está provocando dolor y limitación funcional. El componente más adecuado para cada paciente dependerá del tipo de cadera y según el problema que padezca.

 

Partes de la prótesis

Las partes de una prótesis de cadera básica son el vástago, el cuello del vástago (porción que se ancla en el fémur), la cabeza y cotilo (la copa que va anclada a la pelvis) y la cabeza (de composición variable). Las partes metálicas de las prótesis son aleaciones de metal, compatibles con el ser humano y resistentes.

 

Colocación de una prótesis

Existen dos condiciones indispensables para realizar la intervención para la colocación de una prótesis de cadera. Una debe ser que la cadera artrósica, desgastada, suponga dolor para el paciente y dos, que desemboque en una limitación funcional. Estas condiciones son mucho más importantes que el grado de artrosis y deformidad del paciente.

La idea es la de implantar la prótesis en pacientes que lo necesiten por sus síntomas severos, individualizar cada implante que sea el mejor para ese paciente, y posteriormente cuidar la prótesis para que dure muchos años, siguiendo las indicaciones de su cirujano. Los primeros meses son más importantes de lo que parece para que el implante sobreviva de por vida.

 

Implantación de la prótesis

El paciente, una vez realizada la cirugía, permanecerá ingresado entre 4 y 6 días. Ésta se realiza bajo anestesia regional, de cintura hacia abajo, y de sedación ligera, para que el paciente no sienta dolor o incomodidad durante la cirugía. El procedimiento consta de la colocación del colocación del componente de la pelvis, el cotilo, mediante 2 tornillos en el fondo de dicho cotilo, cosa que nos asegura mayor estabilidad y evita que gire el componente. Posteriormente se inserta el vástago y se calcula el tamaño y la posición del cuello femoral y la cabeza.

Una vez sometido a la intervención, los primeros días son los más dolorosos, y el muslo se puede inflamar. El paciente debe mantenerse boca arriba durante las noches, con las piernas separadas y sin cruzarlas entre 1 y 2 meses. El proceso de recuperación se da por conseguido una vez el paciente asuma como propia la prótesis y empiece a olvidarse de ella.

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