¿Por qué debemos moderar la ingesta de fibra?

Escrito por:

Dr. Ramón Tormo Carnicé

Aparato digestivo

Publicado el: 11/05/2020
Editado por: Cristina Mateo


Muchas personas, sobre todo mujeres, sufren problemas de distensión abdominal, vientre hinchado y gases, pero ¿por qué ocurre?

 

Estas patologías responden a múltiples causas, entre las más frecuentes: alergias alimentarias, intolerancia, candidiasis, hernia de hiato, reflujo gastroesofágico o dieta inadecuada enfermedad de Crohn.

 

Dada la variedad y multitud de causas que pueden dan lugar a los problemas citados, conviene realizar un buen examen y exploración clínica para concretar su origen y definir el tratamiento que mejor se ajuste a las necesidades del paciente.

 

 

Exploración clínica y alimentación

 

Tras una primera visita al médico, se realiza un análisis de heces y de gases en aire aspirado.

 

Es muy frecuente, en estos casos, que la causa sea una dieta inadecuada, por la la ingesta de fibra vegetal indigerible en la dieta prácticamente a todas horas: desayuno, comida y cena.

 

Dada la variedad de formas que presenta, desde ensaladas hasta frutas o verduras, hace que las cantidades de hidratos de carbono fácilmente reabsorbibles, de grasas y proteína animal disminuyan.

 

Cuando esto se prolonga en el tiempo, se aprecia en el paciente un vientre muy distendido, timpánico, con borborigmos a la palpación y doloroso en varias zonas, con expulsión muy frecuente de gases.

 

Además, en el análisis de heces es habitual observar exclusivamente fibras vegetales y abundante almidón sin digerir, una clara evidencia de tránsito digestivo acelerado.

 

La ingesta excesiva de fibra duplica la masa bacteriana en el intestino.

 

Las heces presentan una forma pastosa e incluso, en algunos casos es muy dura por los fitobezoares que puede originar la fibra.

 

En cuanto a los gases en aire espirado, es frecuente que aparezcan cifras elevadas de metano, lo que ponen de manifiesto la presencia de una gran fermentación en el colon debido a una gran cantidad de fibras vegetales que no han sido digeridas en el intestino delgado por nuestros enzimas digestivos, ya que éstos no pueden escindir los enlaces de la celulosa, hemicelulosa, pectina, lignina (esta última fenilpropano no hidrato de carbono) muy frecuentes en las verduras y en las cubiertas de las legumbres.

 

Tampoco pueden escindir la estaquiosa, rafinosa, que son hidratos de carbono del interior de las legumbres.

 

Estos hidratos no escindidos en el intestino delgado, llegan al intestino grueso donde son metabolizados y, por ello, digeridos por las bacterias del colon, que se multiplican, originándose gases como butiratos, acetatos, hidrógeno o metato, entre otros.

 

Y esto se traduce clínicamente en un vientre hinchado, prominente, que en ocasiones puede casi simular el vientre de una embarazada.

 

 

La ingesta de 12 gramos de fibra indigerible duplica la masa bacteriana del intestino

 

El Dr. Tormo Carnicé se refiere a este estado patológico y sensación de hinchazón como síndrome del rumiante. Tras un estudio de la dieta, exploración y análisis de heces y gases, es posible revertir las molestias abdominales siguiendo una dieta equilibrada.

 

El objetivo debe ser disminuir la cantidad de fibra a niveles tolerantes, no rumiantes, para el ser humano.

 

Los rumiantes se benefician de la continua ingesta de fibras, por poseer el rumen o cámara de fermentación en donde las bacterias descomponen la fibra vegetal en componentes más pequeños y digeribles, se multiplican y posteriormente son deglutidos al aparato digestivo similar el nuestro, extrayendo las grasas y proteínas de las bacterias que, podríamos decir, han cultivado en su rumen.

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