Lumbalgia, ¿cómo abordar el tratamiento?

Escrito por:

Dr. César Díaz Torné

Reumatólogo

Publicado el: 25/08/2016
Editado por: Noelia Pino García


La lumbalgia, conocida también como lumbago, es el dolor que aparece en la zona lumbar, es decir, en la parte baja de la espalda. En ocasiones, puede llegar a ser invalidante tanto que a nivel mundial representa, junto con la cervicalgia, la primera causa en años de calidad de vida perdidos.

Síntomas de la lumbalgia

El síntoma principal de la lumbalgia es el dolor. Este dolor puede presentarse de distintas formas: agudo o crónico, seguido o intermitente, como un pinchazo, como un mordisco, etc.

El dolor además puede desplazarse hacia otras zonas. En la lumbalgia, es muy común que el dolor se irradie hasta el muslo. Si el dolor baja hasta el pie y se acompaña de sensación de corcho u hormigueos, probablemente el enfermo esté sufriendo una ciática producida por la compresión de un nervio. Si el dolor se desplaza hacia la zona púbica, puede tratarse de una nefrolitiasis (piedras en el riñón).

Otros síntomas que pueden acompañar a la lumbalgia y que hacen pensar que el enfermo sufre una enfermedad sistémica (general) pueden ser fiebre, pérdida de peso o cansancio.

 

Tratamiento para la lumbalgia

En el tratamiento de la lumbalgia hay dos partes:

Tratamiento del dolor Estudio de la causa del dolor

Dependiendo de las características del dolor, del tiempo de evolución, de si el paciente padece otras enfermedades y, también de la exploración física, el especialista en Reumatología puede sospechas sobre cuál es la causa del dolor. Además, valorará si es necesario realizar una prueba de imagen.

El dolor lumbar puede ser agudo o bien crónico, si la duración superior a tres meses. La mayoría de las lumbalgias agudas mejoran sin necesidad de realizar ninguna intervención quirúrgica o tratamiento. Su causa suele ser una contractura muscular o un mal gesto, aunque es importante descartar las fracturas vertebrales (4%), las infecciones (0,01%), el cáncer (0,7%), las enfermedades inflamatorias y las hernias discales con déficits de fuerza en las extremidades inferiores (2%).

Por otro lado, las causas más frecuentes de dolor lumbar crónico son: artrosis, escoliosis, hernia discal y canal estrecho lumbar.

Es importante saber si la lumbalgia es mecánica o inflamatoria. La lumbalgia mecánica es la más habitual. El dolor mejora al realizar reposo y empeora con el movimiento. Entre las causas más frecuentes destacan la artrosis o la contractura muscular. Por el contrario, el dolor inflamatorio mejora con el movimiento y empeora con el reposo,;además suele acompañarse de rigidez matutina de más de 45 minutos. La importancia de la lumbalgia inflamatoria reside en que puede ser la manifestación de una enfermedad sistémica subyacente.

 

¿Cómo se puede prevenir la lumbalgia?

Hay varios factores que pueden agravar o desencadenar la lumbalgia.

Ejercicios o movimientos bruscos, seguidos o inadecuados. Sobre todo al levantar mucho peso de golpe. O bien menos peso pero de manera repetitiva y de forma no adecuada. Posturas incómodas o no adecuadas. En el horario laboral es muy habitual estar muchas horas sentado. Una posición en la silla correcta puede evitar la aparición de lumbalgia. Sobrepeso y obesidad. Cuanto más peso soporte la espalda, más posibilidades de padecer lumbalgia hay. Y, sobre todo, a la larga hay más posibilidades de padecer artrosis de columna.

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