Lesiones de tobillo, una patologia común que tiende a infravalorarse

Escrito por:

Dr. Josep Maria Cabestany Castellà

Traumatólogo

Publicado el: 21/03/2017
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La experiencia demuestra que la articulación del tobillo es la más vulnerable de todas las existentes en el cuerpo humano. Las lesiones traumáticas que afectan los ligamentos, el cartílago y los huesos del tobillo son las más frecuentes en los servicios de urgencias, sobre todo entre la población joven y, especialmente, entre las personas deportistas, en cualquier franja de edad. Se han hecho cálculos sobre las lesiones de ligamentos del tobillo asistidas en los centros de urgencias de diversos países y los datos son elocuentes. Se calcula que diariamente los centros de urgencias atienden 5.600 torceduras de tobillo en Inglaterra, 1.600 en Holanda, 3.000 en Dinamarca y 23.000 en Estados Unidos. Estas cifras hacen referencia exclusivamente a lesiones de ligamentos de tobillo producidas por torceduras. No se incluyen en ellas las lesiones más complejas, como las fracturas de tobillo o del calcáneo ni las lesiones de tendones periféricos del tobillo, como el tendón de Aquiles, los tendones peroneos o tibiales, cuya siniestralidad es también muy elevada, claramente superior a la de otros huesos, ligamentos o tendones de otras partes de nuestra anatomía.

 

Infravalorar las lesiones de tobillo

Solamente el 45% de lesionados acuden a un centro de asistencia. El resto se lo pasan como pueden o saben, la mayoría sin un estudio médico adecuado ni bajo el control o supervisión de ningún experto en Traumatología. Esto hace que las cifras anteriormente aludidas sobre lesiones del tobillo probablemente se doblen o tripliquen, si hacemos referencia al cómputo global de las mismas.

Debido a la extraordinaria frecuencia de torceduras del tobillo, se ha llegado a considerar como una lesión banal, casi “normal”. ¿Quién no se ha torcido un tobillo a lo largo de su vida? En el saber popular subyace la sensación de que gran parte de estas torceduras de tobillo “se curan solas” y ello explica que más de la mitad de lesionados no acudan a un profesional de la medicina para un examen adecuado y un tratamiento bien establecido. A esta sabiduría contribuyeron, sin duda, los profesionales de la sanidad que, desde antaño, minimizaron la importancia de estas lesiones en el convencimiento de que, efectivamente, se trata de una lesión de poca relevancia, de distensiones o pequeñas roturas de ligamentos, la mayoría de las cuales curan solas y sin secuelas.

El paradigma de esta infravaloración se observa en la traumatología deportiva, sobre todo en categorías inferiores y en practicantes no profesionales, que no aplican los resultados obtenidos en las diversas investigaciones epidemiológicos que se han realizado con la élite del deporte o en equipos de alta competición. Estos son estudios muy precisos para conocer el alcance de las lesiones y su impacto, tanto de la valoración deportiva, para seguir a nivel competitivo, como desde el punto de vista económico, para conocer el coste que supone al club y al propio deportista en términos de pérdida de entrenamientos y posibilidades de confrontación en partidos.

 

Lesiones de tobillo en el deporte

La incidencia de lesiones ligamentosas del tobillo en el ámbito deportivo se considera endémica. Una investigación demuestra que, en deportes de contacto y con balón, existe una vulnerabilidad de seis lesionados diarios por cada 100 participantes, de los cuales, casi la totalidad correspondía a lesiones de los ligamentos de la parte externa del tobillo. Otra investigación ratifica los datos del precedente, concluyendo que por cada 1.000 practicantes de deporte, se produce un esguince de la parte externa del tobillo cada día, es decir, en cada sesión de exposición, llámese partido, entrenamiento o lo que fuere. Una auditoria auspiciada por la Asociación Inglesa de Fútbol Profesional concluyó que el 11% de todas las lesiones que presentan los futbolistas recaen en el tobillo, representando una pérdida de 12,138 días y 2.033 partidos.

Por regla general, los clubs y los equipos de divisiones superiores disponen de medios técnicos y de profesionales, conscientes de la vulnerabilidad del tobillo y aplican protocolos de prevención y fisioterapia a sus jugadores. Pero esta situación privilegiada no la comparten la mayoría de deportistas. Muchas lesiones de tobillo son tratadas con mayor o menor fortuna, por personas aficionadas y poco expertas que se atribuyen la capacidad de diagnosticar y tratar lesiones, a despecho de la edad del deportista, su evolución y sus consecuencias, a veces en aras de la competición o de otras expectativas no estrictamente ligadas con la salud del paciente.

En la actualidad, existe una evidencia contrastada de que la ausencia de un tratamiento adecuado después de una torcedura de tobillo predispone a padecer síntomas residuales. Se sabe que, entre un 20 y un 30% de esguinces de tobillo no se curan con los métodos conservadores habituales, a pesar de la estricta aplicación de los protocolos estandarizados. Los ligamentos externos del tobillo juegan un papel fundamental en la estabilidad de la articulación y su lesión comporta una agravación progresiva del funcionamiento articular. Una lesión inicial simple se complica con el paso del tiempo, a la que se añaden otras lesiones del cartílago, de ligamentos, de la sinovial y de los tendones periféricos de la misma, con un deterioro de la articulación que conduce a la artrosis y sus consecuencias: limitación de la movilidad, dolor, cojera, tumefacción, etc.

 

Técnicas novedosas para tratar lesiones de tobillo

Con el advenimiento de técnicas médicas más sofisticadas y menos invasivas, como la resonancia magnética, el TAC y sobre todo, la artroscopia, se pueden diagnosticar y reconocer las estructuras lesionadas con gran precisión. La artroscopia permite no solo comprobar un diagnóstico clínico sino, sobre todo, establecer el mejor tratamiento de estas lesiones y de sus consecuencias. Actualmente la reparación artroscópica de las lesiones de ligamentos del tobillo es una técnica novedosa y muy resolutiva, con unos tiempos de recuperación funcional muy reducidos. La importancia reside en que, quien realice dicha intervención, sea un experto cualificado en artroscopia de tobillo y reparación de ligamentos de dicha articulación.

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