Lesiones de menisco: cómo se producen y cómo tratarlas

Editado por Marga Marquès Gener el 19/11/2024

Las lesiones de menisco son una de las causas más comunes de dolor en la rodilla y suelen afectar tanto a deportistas como a personas de cualquier edad que experimentan torsiones o sobrecargas en la articulación.

 

Este artículo responde a algunas de las preguntas más frecuentes sobre las lesiones de menisco para que puedas comprender sus causas, reconocer los síntomas, conocer el proceso de diagnóstico y los tratamientos más recomendados hoy en día.

 

Las lesiones de menisco son una de las
causas más comunes de dolor en la rodilla

 

Función de los meniscos

Los meniscos son dos estructuras semicirculares intermedias de fibrocartílago, las cuales están entre el fémur y la tibia, favoreciendo principalmente la distribución de las cargas entre fémur y tibia, el movimiento de flexión-extensión y rotaciones de una manera suave, protegiendo el cartílago articular, y favoreciendo su estabilidad.

 

El menisco externo es de menor tamaño y mayor movilidad, de forma circular; por el contrario, el interno es de mayor tamaño, tiene forma de semiluna y tiene menor movilidad.

 

Lesiones meniscales

El menisco que se lesiona con mayor frecuencia es el menisco interno. El mecanismo de lesión suele ser el giro en flexión de la rodilla, momento en el que se produce mayor presión entre fémur y tibia. Posteriormente el paciente puede notar dolor, derrame articular, chasquidos y pérdida de movilidad.

 

Si existe una rotura meniscal sintomática sin tratar, se puede producir hinchazón en la rodilla, dolor continuo en el lado afectado, sensación de fallos al caminar y degeneración articular por el daño en el cartílago al no tener un menisco competente.

 

¿Se puede reparar el menisco?

En función de en qué zona del menisco se produzca la rotura de éste, el tratamiento quirúrgico consiste en realizar una meniscectomía; se trata de regularizar la rotura quitando un fragmento lesionado y dejar el resto del menisco estable.

 

Si la rotura está en una zona con capacidad de cicatrización, o próxima a sus inserciones, se realiza una sutura meniscal o una reinserción meniscal. El proceso de rehabilitación tras una sutura siempre será más largo debido a que el menisco requiere de un tiempo de cicatrización.

 

¿Cuáles son los síntomas de una lesión de menisco?

Los síntomas de una lesión de menisco pueden variar según el tipo y la gravedad de la lesión, pero los más comunes son:

  • Dolor en la rodilla: especialmente al moverse o cargar peso.
  • Hinchazón: generalmente en las primeras 24 horas después de la lesión.
  • Limitación de movimiento: dificultad para doblar o estirar la rodilla completamente.
  • Sensación de bloqueo: la rodilla puede quedarse bloqueada en una posición, lo que se conoce como "bloqueo meniscal".
  • Inestabilidad: sensación de que la rodilla se "dobla" o es inestable al caminar.

 

¿Cómo se diagnostica una lesión de menisco?

El diagnóstico de una lesión de menisco comienza con una evaluación clínica completa. El traumatólogo analizará los síntomas del paciente, el mecanismo de la lesión y realizará un examen físico de la rodilla. Durante este examen, se pueden realizar pruebas específicas como la prueba de McMurray o la prueba de Apley, que ayudan a detectar la presencia de una lesión en el menisco.

 

Para confirmar el diagnóstico, se suelen utilizar pruebas de imagen. Las más comunes son:

  • Resonancia magnética (RM): la prueba más eficaz para detectar lesiones de menisco, ya que permite ver con claridad el tejido blando de la rodilla.
  • Radiografía: no detecta directamente las lesiones de menisco, pero es útil para descartar otras causas de dolor en la rodilla, como fracturas.

 

¿Qué tipos de lesiones de menisco existen?

Existen varios tipos de lesiones de menisco, cada una con características específicas:

  • Desgarro en asa de cubo: es una lesión en la que un fragmento de menisco se desplaza, lo que provoca un "bloqueo" en la rodilla.
  • Desgarro radial: una rotura que se extiende desde el borde del menisco hacia el centro.
  • Desgarro en colgajo: una pequeña porción del menisco se desprende parcialmente, lo que causa dolor e irritación en la rodilla.
  • Lesión degenerativa: común en personas mayores debido al desgaste del cartílago.

 

El tipo de lesión determina el tratamiento más adecuado, ya que algunas lesiones cicatrizan por sí solas mientras que otras requieren intervención quirúrgica.

 

¿Cuál es el tratamiento para una lesión de menisco?

El tratamiento para una lesión de menisco depende de la gravedad y tipo de lesión, así como de la edad y nivel de actividad del paciente. Existen opciones de tratamiento no quirúrgico y quirúrgico:

 

Tratamientos no quirúrgicos

  • Reposo: evitar actividades que impliquen carga sobre la rodilla.
  • Hielo: aplicar hielo en la rodilla para reducir la hinchazón.
  • Compresión: el uso de una venda elástica puede ayudar a reducir la inflamación.
  • Elevación: mantener la rodilla elevada para disminuir la hinchazón.
  • Medicamentos: analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación.
  • Fisioterapia: ejercicios para mejorar la fuerza y flexibilidad de la rodilla. Puede ser útil tanto en lesiones leves como en casos postoperatorios.

 

Tratamiento quirúrgico

Cuando los tratamientos no quirúrgicos no son efectivos o en casos de lesiones graves, se recomienda la cirugía. Los métodos quirúrgicos incluyen:

  • Meniscectomía parcial: extirpar la parte dañada del menisco. Es una intervención rápida y permite una recuperación más rápida.
  • Sutura meniscal: se sutura el menisco dañado. Este procedimiento se recomienda especialmente para pacientes jóvenes, ya que favorece la recuperación natural del menisco.
  • Trasplante de menisco: en casos severos, puede ser necesario un trasplante de menisco de un donante.

 

La cirugía de menisco se realiza generalmente mediante artroscopia, un método mínimamente invasivo que reduce el tiempo de recuperación y las complicaciones.

 

¿Cómo es la recuperación de una lesión de menisco?

La recuperación depende del tipo de tratamiento. En caso de cirugía, puede requerir de semanas a meses para una recuperación total.

 

Las recomendaciones suelen incluir:

  • Rehabilitación temprana: el uso de fisioterapia para recuperar movilidad y fuerza en la rodilla.
  • Ejercicio gradual: progresivamente se reintroducen actividades físicas según las indicaciones del traumatólogo.
  • Seguimiento regular: revisiones periódicas para evaluar el progreso de la recuperación y ajustar el tratamiento.

 

¿Se puede prevenir una lesión de menisco?

Aunque no siempre es posible prevenir estas lesiones, existen medidas para reducir el riesgo:

  • Fortalecer los músculos: ejercicios para fortalecer los músculos de las piernas.
  • Evitar giros bruscos: especialmente durante deportes de contacto.
  • Calentar antes del ejercicio: para preparar la articulación y reducir el riesgo de lesiones.
Traumatología en Alicante (Alacant)