Las ventajas de la artroscopia de cadera

Escrito por:

Dr. Enrique Sandoval Rodríguez

Traumatólogo

Publicado el: 27/04/2022
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La artroscopia es una técnica quirúrgica que nos permite operar la cadera sin tener que abrirla. Para ello, se utiliza una cámara y unos instrumentos especiales con los que se puede reparar las lesiones de la articulación y solucionar problemas que predisponen a producir artrosis de cadera.

El objetivo de la cirugía artroscópica es actuar sobre las estructuras que estén alteradas y hayan perdido su anatomía normal por alguna lesión, suturándolas o remodelándolas.

La artroscopia es una técnica quirúrgica que permite operar la cadera sin tener que abrirla

¿En qué casos se realiza una artroscopia?

El motivo más habitual por el que se realiza una artroscopia de cadera es para corregir un problema que se llama choque femoroacetabular, que consiste en la presencia de un crecimiento óseo exagerado en una zona del cuello del fémur y, a veces, del cotilo. Esto produce un pinzamiento en la articulación al realizar determinados movimientos de forma frecuente y repetitiva, como sucede cuando se practican determinados deportes.

Con el paso del tiempo esta problemática genera un daño por impacto progresivo, primero en el menisco de la cadera y después en el cartílago articular de la propia articulación. Como consecuencia, el problema impide que las superficies de la cadera deslicen normalmente, generando dolor y pudiendo terminar en artrosis.

Esta patología es propia de pacientes jóvenes (y algunos no tan jóvenes) que practican deporte.

 

¿En qué consiste el procedimiento?

El diagnóstico del problema de cadera precisa una valoración minuciosa por un especialista en cadera y la realización de una serie de pruebas de imagen como radiografía y resonancia magnética.

La intervención se realiza en quirófano bajo anestesia de las piernas o anestesia general y dura entre 2 y 3 horas en total. Se aplica una tracción controlada para poder acceder a la cadera, que es una articulación bastante cerrada. A través de incisiones milimétricas y con una cámara se puede visualizar perfectamente el interior, para valorar las lesiones y repararlas.

Con esta técnica, podemos “limar” el exceso de hueso existente en el choque femoroacetabular, usando una fresa especial. Además, se puede suturar el labrum para eliminar el problema y, por lo tanto, los dolores.

Con la artroscopia hoy en día se pueden realizar prácticamente todas las correcciones que antes se realizaban por cirugía abierta convencional, evitando los inconvenientes de una cirugía abierta.

 

¿Cómo es la preparación?

El procedimiento no precisa ninguna preparación específica, y el paciente puede acudir caminando por su propio pie al hospital el mismo día de la intervención.

En las fases previas a la operación y cuando el dolor es punzante, se recomienda evitar deportes de alta demanda o intensidad. Sin embargo, realizar ejercicios de estiramiento y movilidad suave de la cadera permite favorecer la elasticidad de los tejidos y mantener un adecuado tono muscular antes de la cirugía.

 

¿Cómo es la recuperación?

El dolor postoperatorio es mínimo y se controla bien con calmantes habituales. Pese a que se permite apoyar la pierna desde el primer día, se deben de usar muletas durante las primeras semanas para proteger la reparación realizada y permitir una cicatrización adecuada.

Tras ello, se reintroducen progresivamente nuevas actividades, de forma que se puede llegar a practicar un deporte normal a los 3 meses. Para la práctica de deportes de impacto o de alta demanda, este periodo se aumenta a los 6 meses, para que haya una correcta readaptación a la actividad deportiva evitando recaídas.

 

¿Existen alternativas a esta cirugía?

La artroscopia de cadera para tratamiento del choque femoroacetabular no tiene una alternativa válida hoy en día en pacientes que quieran mantener su actividad física. Si bien la fisioterapia puede compensar parcialmente el problema, trabajando la musculatura de la cadera, y las infiltraciones pueden ayudar a aliviar el dolor, estas no corrigen el problema.

Una vez que la lesión avanza con el tiempo, se va generando un desgaste progresivo del cartílago articular, lo que es sinónimo de artrosis de cadera. Cuando esto se produce, ya no es posible el tratamiento por artroscopia, dado que da lugar a malos resultados. En esos casos el tratamiento de elección sería la prótesis de cadera, que no se puede realizar por artroscopia.

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