La prótesis de rodilla, una solución para la artrosis

Escrito por:

Dr. Alonso Bau González

Traumatólogo

Publicado el: 16/07/2015
Editado por:


El 90% de los pacientes operados presentan un alivio inmediato del dolor y una gran mejoría en su movilidad

La artrosis puede darse en toda la rodilla o de forma parcial en alguna de sus partes. Cuando el paciente consulta suele hacerlo por padecer dolor como síntoma principal. También suele aparecer problemas de estabilidad de la rodilla, de movilidad, chasquidos, sensación de bloqueo.

 

¿Necesito una prótesis de rodilla?

El traumatólogo realiza unas primeras exploraciones y pruebas. La más importante es la radiografía, hecha con el paciente de pie. Así, podemos llegar al diagnóstico de artrosis más o menos severa que, junto con su edad y las molestias que describe el paciente, y como éstas afectan a su calidad de vida, ayudarán a tomar la decisión de colocar una prótesis o, por el contrario, esperar.

Desde que el paciente consulta con unos primeros síntomas, que llevan a pensar que tiene artrosis, hasta que se decide poner una prótesis, suele pasar un tiempo. El principal motivo es que siempre se intenta alargar al máximo el momento de poner una prótesis, debido a que las prótesis tiene un tiempo de vida media.

Cuanto antes se ponga una prótesis, antes habrá que reemplazarla, de forma que  a veces, depende de la edad del paciente, nos podemos plantear hacer alguna intervención que aligere el dolor y ganemos algo de tiempo antes de poner una prótesis de rodilla.

 

Reemplazo de prótesis de rodilla

Las prótesis no dejan de ser un material quirúrgico y ninguna de ellas dura toda la vida. Con el tiempo se aflojará y sufrirá desgaste. Las prótesis de rodilla  suelen durar unos 15 años tras su implantación. Cuando esta empieza a fallar, habrá que hacer un recambio. Un recambio es una cirugía mucho más compleja que la colocación de una prótesis primaria. Ganarle tiempo a la prótesis es ganarle tiempo a la propia articulación, pero no puede ser a costa de la mala calidad de vida de los pacientes.

Una prótesis puede fallar por múltiples causas: a causa de una infección, por desgaste de la prótesis, por fracturas de los huesos cercanos a la prótesis, por ejemplo. Pero un factor crítico en la duración de la prótesis es la experiencia del cirujano protésico que realice la intervención.  

Está demostrado que los cirujanos que colocan pocas prótesis al año, tienen tasas de complicaciones más altas. Es decir, sus prótesis suelen aflojarse antes.  Las preguntas que los pacientes abordan en la consulta van encaminadas a conocer cuántos puntos llevarán o cuantos días estarán ingresados, cuando la pregunta que deberían hacer es cuántas prótesis de rodilla coloca el cirujano durante el año.

 

Cirugía de prótesis de rodilla

La cirugía total de rodilla debería de ser el último recurso quirúrgico. En su lugar, es mejor colocar primero una prótesis parcial. Esto ocurre con  una prótesis unicondilea o incluso una prótesis de rótula llamada femoropatelar, para aquellos pacientes que presentan únicamente artrosis de rodilla aislada en la rótula, muy típica en personas con antecedentes de fracturas. Estas prótesis tienen un período de recuperación más corto que las prótesis totales.

La técnica consiste en retirar la parte de hueso de los cóndilos femorales y de la tibia, y se coloca un material quirúrgico que lo substituye y que tiene una forma parecida a la articulación, con unas superficies que encajan y minimizan la fricción.

Los grandes avances en la última década están en la innovación en los materiales, cada vez más resistentes, para permitir mayor duración a las prótesis. También una mejora importante es el control de dolor postoperatorio, lo que permite una más rápida recuperación, al tolerar movimientos y ejercicios de forma más temprana.

 

Innovador diagnóstico de la infección de una prótesis de rodilla

Una de las últimas innovaciones no ha sido en relación a la propia cirugía, sino en la forma de detectar infección en la prótesis cuando las molestias persisten tras la cirugía. Es un nuevo test, con escasos meses de vida,  y todavía poco extendido, que se realiza en la consulta gracias a una muestra de líquido de la rodilla y con un dispositivo parecido a una prueba de embarazo.  El test detecta una proteína que generan los leucocitos solo en presencia de bacterias, llamada alfa-1-defensina y en cuestión de minutos se conoce la situación de esta prótesis. Tiene una alta fiabilidad, muy por encima de las pruebas disponibles hasta el momento y ha sido un gran avance para detectar infecciones ante las que se habrá de tomar decisiones terapéuticas.

 

Prótesis de rodilla, rehabilitación

El 90% de los pacientes operados de una prótesis total de rodilla sienten un gran alivio del dolor y una gran mejoría de su movilidad, consecuentemente una gran mejora de la calidad de vida. El tiempo de recuperación suele ser variable y depende de cada uno, aunque lo habitual son unos 6 días para irse a casa y unos 6 meses para hacer vida normal. Durante el primer mes se debe realizar una vida bastante sedentaria y centrarse en la rehabilitación. Pasado el primer mes se puede ir recuperando la vida normal de forma progresiva.

A los tres meses la mejora ya es muy notable pudiendo realizar muchas de las actividades rutinarias y a los seis meses los pacientes ya empiezan a olvidarse de su operación. 

Tras una cirugía de prótesis de rodilla no se aconseja realizar actividades de alto impacto, como saltar o correr de forma habitual, más allá de las carreras puntuales para coger el autobús o para evitar que un nieto cruce la calle,  pero si se pueden realizar actividades como pasear, caminar, ir en bicicleta, nadar, hacer aquagym, jugar a Golf o incluso hacer senderismo suave, con lo que no suele haber grandes limitaciones para las personas de edad avanzada, que no realizaban previamente deporte extremo.  

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