Implantes colocados sobre injertos óseos
Escrito por:
Cirujano maxilofacial
Publicado el: 18/08/2014
Editado por:
En la actualidad hablar de injertos óseos es hablar de Biomaterial, su manejo es imprescindible en la cirugía reconstructiva oral y maxilofacial moderna. Concretamente en el mundo de la implantología y la estética facial la obtención de resultados estables en el tiempo, ante la presencia de un defecto, depende del tipo de reconstrucción elegida.
Se podría definir biomaterial como aquella sustancia o combinación de sustancias, farmacológicamente activas o inhertes, sintéticas o naturales, utilizadas para la reparación, sustitución o aumento de tejidos.
En caso de los biomateriales óseos, podemos clasificarlos según su procedencia en: autógeno (hueso de uno mismo), alógeno (hueso de otro, pero de la misma especie), xenógeno (hueso de otro y de diferente especie), y hueso sintético.
Los diferentes injertos se utilizan según las características del defecto y factores de riesgo del paciente.
Los implantes colocados sobre injertos óseos suponen un gran éxito en la implantología actual
Refiriéndonos al mundo de los implantes dentales, son pocos los casos que precisan de una reconstrucción con hueso propio, siendo el hueso sintético y la hidroxiapatita bovina los materiales más utilizados.
Para la colocación de los implantes en posiciones ideales desde un punto de vista estético y funcional en la mayoría de las ocasiones es necesaria la reconstrucción ósea mediante biomateriales, el beneficio para el paciente es claro, ya que el implante correctamente colocado permite un diseño protésico estable en el tiempo, fácil de mantener y con un nivel estético semejante al del diente natural.
El uso de tales injertos comporta un riesgo mínimo para el paciente ya que son técnicas quirúrgicas sofisticadas y poco invasivas, llevadas a cabo por profesionales correctamente titulados y formados. Dichos riesgos deben ser personalizados a cada paciente y caso.
El éxito de los implantes colocados sobre injertos óseos es semejante al de los colocados sobre hueso propio, que según la literatura científica actual y un mínimo de estándar de calidad, no debería ser inferior al 96% de los implantes colocados.