Hipertensión arterial: guía para el paciente

Escrito por:

Dr. Guillermo Mazzanti Mignaqui

Cardiólogo

Publicado el: 01/09/2016
Editado por: Noelia Pino García


La hipertensión arterial es uno de los principales motivos de consulta médica en la actualidad. Se habla de hipertensión arterial cuando la presión es mayor a 140/90 mm Hg. Es una enfermedad muy frecuente que afecta a un gran porcentaje de la población adulta y que si no se trata correctamente puede desencadenar graves complicaciones cardiovasculares. Los especialistas en Cardiología afirman que las principales cargas que impone la patología asociada con la hipertensión no previenen de los relativamente pocos casos de enfermedad severa, sino de la numerosa población con elevaciones tensionales mínimas.

A la hora de tomar la presión arterial es importante la postura que tiene el paciente.
 

¿Cómo tomar la presión arterial?

La medición de la presión arterial debe efectuarse de manera muy cuidadosa para evitar considerar erróneamente como hipertensos a individuos normales y para asegurar que las personas hipertensas reciban el tratamiento adecuado.

Por dos razones es importante evitar el diagnóstico incorrecto de hipertensión basado en una medición equivocada:

Si se establece el diagnóstico, probablemente se indique un tratamiento que implica una obligación para toda la vida y que a menudo es costoso, tedioso y, en ocasiones, peligroso. El simple diagnóstico de hipertensión puede provocar efectos contraproducentes en el ánimo y disposición de los pacientes.

A la hora de tomar la presión arterial es importante la postura que tiene el paciente. El paciente debe estar sentado tranquilamente con la espalda apoyada durante 5 minutos y el brazo se sostiene a nivel del corazón (apoyado). Además, es recomendable no ingerir cafeína durante la hora previa ni fumar durante los 15 minutos previos.

 

Variaciones de la presión arterial

Las determinaciones de la presión arterial son con frecuencia variables; ya sea por factores propios del paciente o por factores relacionados con el procedimiento.

Las variaciones de la presión del paciente pueden ser rápidas, influidas por la respiración y el sistema nervioso. Durante el día, pueden estar determinadas por el estrés mental y la actividad física, así como por las actividades cotidianas y laborales.

También pueden variar durante el sueño. Normalmente la presión arterial debe disminuir un 30% durante el sueño.

La presión arterial elevada suele darse normalmente en las primeras horas de la mañana, descendiendo durante el día.

En resumen, la presión arterial varia de forma permanente durante las 24 horas, tanto en personas normales como en hipertensos; siendo en estos últimos mayor la variación.

En la actualidad, existen métodos de diagnóstico y control como el Holter de Presión arterial, que consiste en un pequeño aparato portátil que registra de forma automática, a intervalos programados, la presión arterial del paciente durante las 24 horas del día. Esto permite prevenir y/o detectar una hipertensión arterial desconocida por el paciente.

 

Tratamiento para la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que no se cura, sino que se controla. Por ello, requiere un tratamiento sostenido.

Además del debido tratamiento farmacológico, el paciente debe tener en cuenta determinados aspectos que pueden ayudarle a mejorar su hipertensión arterial.

Si existe sobrepeso, la reducción del mismo debe ser un objetivo fundamental. Limitar el aporte dietético de sodio (sal) a 2gr. al día, cuidando de no disminuir la ingesta de alimentos ricos en calcio. No es necesario incrementar la ingesta de potasio. Sólo se deben suministrar suplementos de calcio y magnesio cuando se haya deficiencias. El aumento de las fibras y la disminución de las grasas saturadas son beneficiosos por otras razones y pueden contribuir además a la disminución de la presión arterial.

 

 

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