HANA, una enfermedad muy común aunque poco conocida
Las reacciones alérgicas alimentarias son respuestas anómalas y a veces violentas ante determinadas proteínas alimentarias que suelen ser bien aceptadas por el resto de la población. Curiosamente, hay más prevalencia de personas con alergias alimentarias en zonas desarrolladas que en las subdesarrolladas, donde existen muchos más problemas de nutrición y de higiene.
Otro mecanismo de enfermedad alimentaria causante de una gran cantidad de dolencias que hasta ahora no estaban relacionadas con los alimentos es el síndrome de histaminosis alimentaria no alérgica (HANA), una enfermedad muy frecuente (afecta a más de la mitad de la población) y responsable de una gran variedad de síntomas.
La histamina es una molécula vital que se encuentra tanto en los alimentos que tomamos (en unos más que en otros) como en nuestras células. La HANA se produce cuando tomamos algún alimento al que somos positivos, de modo que nuestras propias células liberan histamina, derivando a diferentes síntomas; esta respuesta recibe el nombre de reacción histamínica.
Síntomas de la HANA
Los síntomas de esta enfermedad se pueden clasificar en dos tipos:
- Directos: migrañas, jaquecas, hinchazón abdominal después de comer, diarreas, calambres musculares, desregulación de las secreciones (saliva, lágrimas, flujo vaginal), abortos e infertilidad, entre otros.
- Indirectos: deshidrataciones intervertebrales, dolor por presión, piel seca, estreñimiento, entre otros.
Diagnóstico de la HANA
El principal problema que se plantea a la hora de hacer un diagnóstico de la HANA es que el paciente prioriza su síntoma mayor, ya sea colon irritable, jaqueca o cualquier otro, y acude al especialista correspondiente en Análisis Clínicos. En este punto, es importante que el especialista haga un correcto diagnóstico diferencial para distinguir si el enfermo presenta o no otros síntomas que hagan sospechar de HANA, como contracturas, deshidrataciones intervertebrales, desregulación de secreciones, etc.
Para hacerse una idea de la variedad de síntomas que la HANA puede llegar a presentar, en nuestro laboratorio se realizan estudios a enfermos derivados de especialistas que ya llevan años tratando este tipo de pacientes. De todos ellos, el casi la mitad de pacientes proceden de consultas de Medicina Interna, donde acuden por dolencias de fatiga crónica o fibromialgia; otro porcentaje de consultas de Traumatología, principalmente por problemas de deshidrataciones intervertebrales; un porcentaje pequeño de consultas de Aparato Digestivo, por síntomas como colon irritable; finalmente, un porcentaje menor proviene de consulta de Neurología, Alergia, Dermatología, Hepatología, Psiquiatría, Otorrinolaringología, entre otras especialidades.
Cómo abordar la HANA
Como se ha explicado anteriormente, la historia natural de un enfermo de HANA es acudir al especialista correspondiente por uno o más síntomas que les preocupan y, por regla general, que el especialista le ofrezca un tratamiento para calmar los síntomas. De este modo, el paciente va tomando cada vez más fármacos para tratar las distintas dolencias, pudiendo llegar a un consumo excesivo. Esto no sólo no es la solución, sino que más bien agrava el problema, ya que los fármacos se van incorporando en el tubo digestivo y esto lleva al deterioro del mismo.
Por este motivo es importante que los médicos especialistas tengan conocimiento sobre la HANA, que realicen consultas más laboriosas y que tengan más disponibilidad para el enfermo. De este modo, podrán diagnosticar la enfermedad y el paciente podrá confirmar gracias a un estudio analítico cuáles son los alimentos responsables. Además, esto ayudará a reducir el consumo excesivo de fármacos.
Por otra parte, el paciente debe mentalizarse de que el tratamiento requiere un esfuerzo por su parte y que tiene que ser muy constante, ya que es más difícil evitar los lácteos, que también se pueden encontrar en embutidos, carne, pasta, etc., que tomar tres pastillas al día, por ejemplo. Cabe tener en cuenta que, cuanto mayor es el número de alimentos, más complicada es la dieta, y actualmente la oferta alimentaria tiene demasiados componentes.
Pese a su dificultad, está demostrado que la dieta terapéutica es la solución más efectiva en el tratamiento de la HANA. Concretamente, el 92% de los enfermos mejoran con este método, algunos pacientes necesitan una ampliación de otras series de alimentos y sólo el un pequeño porcentaje necesita estudios especiales.
En resumen, los alimentos, que son fuente de salud, por diferentes motivos y aun en buen estado, pueden llevarnos a la enfermedad. Así pues, cabe resaltar los siguientes puntos:
- Todos los alimentos, en mayor o menor proporción, contienen histamina, pero el contenido de histamina de los alimentos nunca nos llevan a enfermedad crónica, por lo cual hacer dietas de alimentos bajos en histamina, bajo nuestro punto de vista, están desaconsejadas. Son muchos los puntos en que nos podemos apoyar para defender esta afirmación.
- La causa de la enfermedad está exclusivamente en la histamina liberada por nuestras propias células al comer un alimento que, para la persona afectada, se comporta como positivo en un test de liberación de histamina específico.
- La histaminosis alimentaria no alérgica (HANA) es una enfermedad adquirida y, cuando las cosas se hacen bien en un plazo de tiempo, pueden reintroducirse los alimentos retirados de la dieta.