¿Está tu cabello preparado para el Otoño?
Nuestro pelo se renueva constantemente, aunque hay épocas, como el otoño, en la que su caída es mayor. Este hecho no debe preocuparnos, porque no es una “pérdida de cabello”, sino una “renovación”. Lo que sí debemos procurar es que el nuevo cabello que crecerá encuentre las condiciones óptimas necesarias, para que surja sano y fuerte.
¿Qué tratamientos hay disponibles para mejorar la salud y vitalidad del cabello?
Con los cuidados necesarios podrás recuperar tu cabello de los estragos del verano y favorecer que el nuevo cabello que crecerá en otoño surja fuerte, sano y vigoroso.
- Infiltración de vitaminas, oligoelementos y aminoácidos: este cóctel bioestimulante ayuda a nutrir el cabello desde el folículo capilar. En otros casos, tratamientos externos como champús anticaída no consiguen penetrar hasta el folículo. De hecho, no tienen ningún efecto demostrado sobre la pérdida de cabello.
- Ozonoterapia / Carboxiterapia: estos dos tratamientos estimulan la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. En el caso de la Ozonoterapia Capilar, se elimina el exceso de grasa, se previene la caspa, se limpia y restaura los cabellos maltratados. Además, se consigue una regeneración de las células, combatiendo la caída del cabello y su fortalecimiento. En el caso de la Carboxiterapia, mediante infiltraciones subcutáneas de Dióxido de Carbono, se estimula la regeneración del cabello.
- Infiltraciones de Plasma rico en plaquetas (PRP): con su aplicación capilar conseguimos incrementar la vascularización de la zona y estimular la creación de colágeno.
- Infiltración de antiandrógenos: las hormonas masculinas (andrógenos) son las responsables de la pérdida de densidad capilar en la alopecia androgénica, tanto masculina como femenina. Los antiandrógenos inhiben la acción de las hormonas masculinas sobre la raíz del pelo, mejorando la densidad capilar y previniendo su caída.
- Láser para estimular la fase de crecimiento del cabello: este tratamiento trabaja sobre el folículo piloso, evitando su miniaturización y, por tanto, su debilitamiento por lo que logramos un crecimiento de un pelo más fuerte.
Al igual que nuestra piel, el verano también deja huella en nuestro cabello. El sol, el cloro de la piscina, la sal del mar, la arena, el viento y la humedad continua en nuestro pelo, afectan directamente a su equilibrio, provocando que se deshidratación y, como consecuencia, se vuelva más quebradizo.
Ahora, nuestro cabello en un estado más debilitado, debe afrontar la caída estacional.