Epilepsia: cómo se manifiesta y cómo tratarla

Escrito por:

Dra. Alba Sierra Marcos

Neuróloga

Publicado el: 04/08/2017
Editado por: Patricia Pujante Crespo


La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica en la que los pacientes son susceptibles de presentar crisis epilépticas de forma repetitiva. Esto es debido a un aumento excesivo y anómalo de la actividad eléctrica cerebral, dando lugar a síntomas muy variados, como sensaciones extrañas, movimientos incontrolables de una parte del cuerpo, caídas, pérdida de conciencia, parpadeo, visión de luces, percepciones irreales, etc.

En la epilepsia ocurre un aumento excesivo de la actividad eléctrica cerebral


 
Cabe destacar que la epilepsia puede comenzar a cualquier edad, sin necesidad de haber presentado episodios previos. 

 

Causas de la epilepsia y factores desencadenantes

Un gran porcentaje de los casos de epilepsia se diagnostican en la infancia o adolescencia, presentando frecuentemente una causa genética. En la población adulta, y, sobre todo, en la anciana,  mayoritariamente se suele deber a una lesión cerebral por un infarto cerebral, traumatismo craneal, o tumores. 

Aunque la mayor parte de los pacientes epilépticos no relacionan las crisis con factores desencadenantes claros, algunas situaciones pueden favorecer determinadas crisis epilépticas, como por ejemplo: 
- Falta de sueño 
- Drogas recreativas 
- Alcohol (y, fundamentalmente, su privación tras un consumo crónico)  
- Estrés 
- Luces brillantes y repetitivas 
- Menstruación (en algunas mujeres)

 

Tratamiento recomendado para la epilepsia

El tratamiento está enfocado a prevenir la aparición de crisis epilépticas. En algunos  casos,  como en las epilepsias benignas de la infancia, no es necesario aplicar terapias farmacológicas, ya que son procesos autolimitados con la edad. 

Por otro lado, si tras una primera crisis epiléptica se identifica un riesgo aumentado de presentar nuevas crisis (al detectarse ciertos síndromes, o bien determinadas alteraciones en la resonancia magnética o en el EEG), el tratamiento puede empezarse de forma inmediata. Los fármacos antiepilépticos (FAEs) son la primera opción de tratamiento, siendo capaces de controlar 3/4 de los pacientes. Hay muchos tipos de FAEs disponibles, por lo que la elección se determina de forma individualizada, teniendo en cuenta el tipo de crisis epiléptica, las preferencias del paciente y los efectos secundarios. La función de los FAEs es equilibrar los niveles de neurotransmisores a nivel cerebral, por lo que requieren una adherencia estricta y controlada con revisiones regulares por parte del especialista en Neurología. El objetivo de la medicación es procurar que el paciente lleve una vida lo más independiente y activa posible.  

La cirugía para la epilepsia es una opción disponible en pacientes que no responden adecuadamente a los FAEs.. Estos pacientes deben ser valorados en una unidad especializada, donde serán sometidos a monitorización vídeo-EEG (registro simultáneo de EEG y vídeo) y a otras pruebas complementarias avanzadas (incluyendo neuroimagen estructural y funcional y análisis neuropsicológicos), para poder identificar las regiones afectadas por la enfermedad. Si, tras realizar todas las exploraciones, se considera que el paciente puede ser un buen candidato a cirugía, se derivará a un neurocirujano con experiencia en esta patología.

En casos en los que no se considere esta opción, existen tratamientos paliativos como los estimuladores cerebrales o la dieta cetogénica, que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con epilepsia.

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