El Ronquido: esa pesadilla

Escrito por:

Dr. Eduard Estivill Sancho

Médico del sueño

Publicado el: 23/05/2017
Editado por:


El 95% de la población ronca en algún momento de su vida. Normalmente, el ronquido es más frecuente en hombres que en mujeres, pero la proporción se iguala tras la menopausia. Así, es un hecho aceptado socialmente que los hombres roncan y las mujeres aguantan esta horrible pesadilla. Y es que hasta ahora nadie consultaba a un médico por roncar, ya que se consideraba como algo natural y asociado a un buen sueño. No obstante, la realidad muestra todo lo contrario: cuánto más se ronca, peor se duerme. Y lo más importante, el ronquido puede disminuirse, o incluso lograr que desaparezca del todo. 
Uno de los motivos más importantes de malestar en las parejas son los ronquidos. Roncar es un acto anómalo que solamente se da cuando dormimos, y es la consecuencia de la vibración de los tejidos blandos de la orofaringe al pasar el aire respirado.

 

El proceso del ronquido. ¿Cómo se produce?

El aire inspirado entra por la nariz, atraviesa las fosas nasales, pasa por detrás del velo del paladar y a través de la faringe, y posteriormente pasa por la tráquea y llega a los pulmones. Estas estructuras citadas, conocidas como vías respiratorias altas, son músculos de distintos tamaños y funciones. Cuando una persona está despierta, el tono muscular de estas estructuras es suficiente para mantener bien abiertas estas vías, y el aire entra y sale a través de ellas sin ningún problema, aunque con el sueño, estos músculos se relajan. 
La relajación produce un cierre de estas vías, y el aire que entra y sale hace vibrar ligeramente las cuerdas vocales y las partes blandas del cuello, dando lugar al ronquido.

 

¿Cuáles son las causas del ronquido?


•    Mecánicas: son todas aquellas que producen una obstrucción de las vías respiratorias altas. Existen varias razones que hacen que el ronquido sea más intenso. Además de la pérdida de tono de la faringe, si el lugar por donde debe pasar el aire está entorpecido, el sonido será mayor. Por esto, cualquier impedimento en las vías respiratorias altas puede dar lugar al ronquido. A nivel de nariz puede haber pólipos, desviaciones del tabique, rinitis o simplemente mucosidad que dificulta el paso del aire. 
•    Morfológicas: también la forma de la cara puede influir en el ronquido, especialmente en la mandíbula inferior. En las personas en las que se observa una barbilla echada hacia atrás (retrognatia) o pequeña (micrognatia) hay que asumir que al dormirse y relajarse, los músculos de esa parte de la cara se desplazarán taponando la entrada de aire, produciendo ronquido. Por esta razón se ronca mucho más cuando se duerme boca arriba, ya que incluso la lengua puede impedir el paso del aire.
•    Sobrepeso: el aumento de peso también puede ser causa de ronquido. Quizá sea la razón más importante, ya que muchas personas, especialmente los hombres, ganan algunos kilos a medida que avanzan en edad, acumulándose esa grasa en el abdomen y en los músculos internos del cuello. Ese tejido graso, hace que la musculatura se vuelva más flácida y que se cierre con más facilidad, provocando el ruido del aire al pasar. 
Así pues, la producción del ronquido se trata simplemente de un problema del paso del aire desde la nariz o boca hacia los pulmones y viceversa.

 

¿Qué repercusiones tiene el ronquido?

El ronquido molesta al que lo escucha y no inmuta al que lo produce. La intensidad del ronquido dependerá de la dificultad de entrada y salida del aire. 
Las repercusiones son distintas para quien produce el ruido y el que lo sufre. El roncador, si no se lo dicen, apenas notará que ronca, y tan solo lo hará en contadas ocasiones, normalmente al inicio del sueño. 
Evidentemente, el que ronca no lo hace porque quiere, sino por la dificultad de entrada y salida del aire. Así, los continuos despertares a los que es sometido mediante “ruiditos” o codazos, hacen que el roncador se ponga de mal humor. 
No obstante, el caso de quien padece las consecuencias acústicas del ronquido es peor, ya que intentar conciliar el sueño puede resultar imposible. Y es que en casos graves, en los que el ronquido está acompañado de apnea, se pueden llegar a los 80 decibelios, ruido similar al cruce de dos calles con cuatro o más carriles de coches. 

 

¿Cómo se diagnostica un ronquido?

No es necesario recurrir a técnicas sofisticadas, ya que basta con escuchar y definir si se trata de un ronquido continuo. Ese dato es de vital importancia para realizar un diagnóstico, ya que sea suave o intenso, el dato importante es que el roncador no pare, es decir, que no deje en ningún momento de respirar. 
El mejor momento para comprobar sería observar al roncador durante una hora continua. Si el ruido es continuo, se trata entonces de un ronquido benigno, es decir, al menos para aquel que los produce —para el que lo escucha es maligno, dado que no podrá dormir—, ya que no repercute ningún problema en su organismo. 
Si se producen paradas de la respiración, se deberá acudir a un especialista en Medicina del Sueño y Neurofisiología Clínica para diagnosticar un posible Síndrome de la Apnea del Sueño. Cuando estamos seguros de que solo hay un ronquido continuo, entonces el paciente deberá revisar todas las estructuras anatómicas que puedan estar implicadas en la producción del ronquido. 

 

El tratamiento del ronquido


•    Causa mecánica: si el problema es debido a un aumento de anginas o adenoides, desviación de tabique o úvula grande, lo mejor siempre será consultar con un otorrinolaringólogo. 
•    Causa morfológica: si la causa es una malformación de la mandíbula inferior (o demasiado pequeña o tirada hacia atrás), entonces se ha de consultar con un dentista, siendo lo más común que prescriba una prótesis dental que nos colocaremos durante la noche entre los dientes para impedir que se desplace la mandíbula hacia atrás cuando dormimos y se cierre el paso del aire a través del cuello. 
•    Causa sobrepeso: si el motivo son unos kilos de más, el ronquido desaparecerá al perder peso el paciente. Es el método más efectivo, pero también el más difícil de realizar, ya que requiere de un alto grado de voluntad.
Especialmente, es muy importante no utilizar los remedios caseros “milagrosos”, que anuncian prensa, radio, y televisión. Las gotas que curan los ronquidos, las pinzas nasales, las almohadas… Estos inventos son tan solo “enredabobos”, que únicamente sirven para llenar los bolsillos de los que los fabrican. 

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