El porqué de la curvatura de la columna

Escrito por:

Dr. Luis Álvarez Galovich

Traumatólogo

Publicado el: 17/10/2016
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La palabra escoliosis proviene del griego skoliosis, que hace referencia a una condición torcida (skolios = torcida), y ya era usada por los médicos griegos Hipócrates y Galeno.

La época del año en la que más escoliosis se diagnostican es en verano, que es cuando los niños se ponen el bañador y sus padres notan alguna prominencia en la espalda, así como la elevación de un hombro, y acuden al especialista en Traumatología.

 

¿Qué es la escoliosis?

La columna es la estructura que permite mantenernos en posición equilibrada y alineada. Su forma es recta en el plano anterior, y con diferentes curvas (lordosis cervical y lumbar y cifosis dorsal) en el plano lateral.

Cuando la columna se retuerce y se curva hacia un lado u otro, adquiriendo un aspecto de "s" o de "c", nos referimos a ello como una escoliosis. En la mayoría de los casos (más del 80%), la causa de este trastorno es desconocido y se denomina escoliosis idiopática. En otros casos se puede provocar por diferentes enfermedades, como la parálisis cerebral infantil, enfermedades neurológicas o distrofia muscular, así como enfermedades del tejido conectivo, como la enfermedad de Marfan.

Por otro lado, se dan casos en los que algunos niños nacen con problemas congénitos en el desarrollo de las vértebras y acaban desarrollando curvas escolióticas. 

Por último, los diferentes cambios degenerativos que se producen con la edad pueden ser también causa de una escoliosis del adulto.

Sin embargo, es importante recordar que ha quedado claramente demostrado que la escoliosis no está relacionada con algunas creencias, tales como la práctica de algunos deportes asimétricos, con la carga de libros pesados en una mochila, malas posturas al estudiar o sentarse, o una asimetría en la longitud de las piernas.

 

Consecuencias de la escoliosis

El problema médico que produce la escoliosis depende de la magnitud de la deformidad y puede ser causa de problemas físicos y emocionales.

Entre los problemas físicos está el dolor. Es muy importante recordar que la escoliosis como tal no es causa de dolor, salvo cuando se produce en edad adulta o se asocia a cambios degenerativos significativos. Aquellos niños con dolor asociado a una escoliosis deben ser estudiados para descartar otras causas asociadas a ese dolor. A largo plazo las curvas escolióticas de gran magnitud pueden provocar problemas derivados de déficit en la capacidad respiratoria y cardíaca.

El mayor problema emocional en muchos pacientes es la preocupación estética. La propia deformidad puede provocar la presencia de un hombro elevado, asimetría en el pecho, traslación del tronco o la presencia de una prominencia costal.

 

Diagnóstico de la escoliosis

El diagnóstico de la escoliosis está basado en la exploración física. Por lo general, es el especialista en Pediatría o los padres los que notan una asimetría en el tronco, en los hombros o en la cintura. Cuando el niño se flexiona hacia delante y se hace evidente una prominencia, es necesaria la exploración por un especialista y la realización de un estudio radiológico completo.

 

Tratamiento de la escoliosis

El tratamiento de la escoliosis debe ser individualizado y dependerá siempre de la magnitud de la deformidad y la edad ósea del niño. La capacidad que tiene la columna para progresar en su deformidad depende de estos dos factores.

La columna, por lo general, se detiene con una deformidad fija si la deformidad no supera los 45º (dependiendo de la localización) y si ha terminado el crecimiento óseo. Es por ello que una curva de 30º en una niña de 11 años suele tener un mayor riesgo de evolucionar y requerir un tratamiento quirúrgico que una curva de 40º en una niña de 16 años.

El tratamiento se basa en tres pilares: la observación, el uso de Corsés y la cirugía.

No existe ningún tratamiento rehabilitador que haya demostrado disminuir la deformidad de la columna. Sin embargo, su uso es muy recomendado para mantener una columna flexible y en las mejores condiciones.

La observación nos permite conocer el patrón que sigue una curva, para comprobar si tiene tendencia a progresar o mantenerse estable. Se recomienda una revisión cada 6 meses.

El uso de un corsé es el único tratamiento válido que ha demostrado ser capaz de contener el incremento de la deformidad. Su objetivo es impedir que las curvas escolióticas empeoren y está indicado en curvas a partir de los 25º.

El tratamiento corrector quirúrgico es la última opción, una vez que el tratamiento conservador ha fracasado y es evidente que la deformidad puede provocar problemas funcionales.

En cualquier caso, la finalidad de los tratamientos tanto quirúrgico como no quirúrgico es conseguir que el grado de deformidad no produzca restricciones para las actividades de la vida diaria.

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