El papel de la fisioterapia en el cáncer de mama

Escrito por:

Curro Millán

Fisioterapeuta

Publicado el: 23/02/2015
Editado por:


1 de cada 9 mujeres padecen cáncer de mama a lo largo de su vida. Aunque la prevención, la investigación y los tratamientos han avanzado mucho, la atención fisiológica y psicológica tras la cirugía siguen sin tenerse demasiado en cuenta. Sin embargo, supone un eslabón esencial en la vida de la paciente: recuperar una vida normal es posible gracias a la fisiomedicina.

“El interno de cirugía me había dicho que nunca más podría cargar con peso, a duras penas sí podía levantar el brazo y tenía miedo de hacer cosas difíciles. Trabajar con HUBER y mi fisioterapeuta me ha hecho recuperar la confianza en mí misma y me ha mostrado hasta dónde puedo forzar sin hacerme daño: ¡he podido volver a jugar al tenis 2 meses después de mi operación olvidándome completamente de mi brazo!” Florence, operada en 2012

 

El fisioterapeuta está omnipresente para ayudar a todas las mujeres que hayan pasado por una mastectomía, una tumorectomía, una oncoplastia, una cirugía axilar o una reconstrucción durante los distintos acontecimientos que se suceden en la enfermedad:

Etapa 1

Para ayudar a la cicatrización y aumentar la flexibilidad del tejido optimizando la producción de colágeno “bueno”. El fisio puede empezar trabajando en la cicatriz aunque todavía esté inflamada. Para una mejora y una recuperación funcional inmediata, puede movilizar el tejido con el fin de favorecer los espacios de deslizamiento entre la piel, las fascias y el plano tisular más profundo.

Etapa 2

- Durante la quimioterapia: Con Cellu M6 (cicatriz) y Huber Motion Lab (miembro superior y dolores adyacentes como en las piernas o espalda).

- Durante la radioterapia: Huber Motion Lab (aumento de la amplitud, flexibilización de la postura y trabajo muscular, sobre todo del pectoral mayor)

Etapa 3

Los fisioterapeutas pueden tratar indefinidamente una cicatriz. El tejido sigue vivo, sólo necesita recuperar la vitalidad mediante mecano estimulación, que permite reorganizar la trama tisular favoreciendo el “buen” colágeno y que permite recuperar las cualidades tróficas y de un tejido normal. Para facilitar la reconstrucción y el seguimiento postoperatorio, tras la reconstrucción, los fisioterapeutas reparan los tejidos. El linfedema es también tratado por la fisioterapia avanzada con diversas técnicas que minimizas su inflamación.

 

Tratamientos que aporta la fisiomedicina a los pacientes

1. Dolor de hombro: Liberación de las fascias del hemitórax operado, liberación de las adherencias cicatrizales.

2. Amplitud articular limitada: Recuperación del 90% de los miembros superiores.

3. Sensación de “seno duro”: Flexibilidad y movilización.

4. Cicatriz dolorosa o poco estética: Liberación de las adherencias fijadas a la envoltura muscular. Reorganización de la trama tisular, aumento del buen colágeno para una cicatriz “bonita” o “estética” y una mejor vascularización.

5. Linfedema: Reducción de la inflamación y aumento del rango de movimiento.

“Al principio, la tarea principal de los cirujanos oncológicos era el control local de la enfermedad y su vigilancia. Después de quince años, también nos preocupamos de la rehabilitación tras estos tratamientos quirúrgicos, a veces agresivos. Debemos reinsertar a las pacientes en su vida normal, ya sea social, profesional o deportivamente. Junto con los conocimientos del fisioterapeuta, estas nuevas tecnologías permiten una mejor reinserción en cuanto a la integridad corporal y la mejora de las cicatrices”

Pr Pierre LEGUEVAQUE, profesor y jefe de cirugía ginecológica y oncológica del hospital universitario de Toulouse

Pide cita con un especialista