Cuando tu vulva no te representa
Escrito por:La Dra. Bárbara Fernandez del Bas, ginecóloga y especialista en medicina de longevidad en Madrid, explica en esta entrevista cuáles son los factores principales que pueden empujar a una mujer a querer cambiar el aspecto de su vulva.
¿Cuáles son los factores más habituales que motivan a una mujer a plantearse una mejoría estética de la vulva?
Generalmente son dos los factores fundamentales, los estéticos y los funcionales. Por una parte, los factores estéticos, son todas aquellas características de la vulva que hacen que la mujer no se sienta satisfecha con la apariencia física, y, por tanto, le suponga un deterioro en su autoestima.
La estética vulvar es algo a lo que hasta hace bien poco no se le daba importancia, puesto que tenía connotaciones morales y sexuales. No obstante, esta creencia ha ido modificándose con el tiempo, y actualmente, es un tema que a las mujeres nos importa, pudiendo asemejarse a la importancia que damos a la estética corporal en general. No nos olvidemos que la vulva experimenta todos los cambios que experimenta el resto de nuestra piel, y, por tanto, cambios como la pérdida de turgencia, hidratación, flacidez, cambios de coloración, serán problemas a abordar en esta zona también.
Por otra parte, estarían los factores funcionales, que son todas aquellas características que afectan negativamente al buen funcionamiento de la zona genital. Por ejemplo, pacientes que tienen hipertrofia de labios menores (labios menores más grandes de lo habitual, generalmente, superando en tamaño a los mayores) suelen tener más infecciones de orina de repetición, edema e inflamación tras practicas deportes de impacto (bici, equitación), etc.
¿Qué opciones de tratamiento existen para mejorar el aspecto de la vulva?
Actualmente, disponemos de un gran abanico de posibilidades para mejorar el aspecto de la vulva, todas ellas derivadas de las técnicas que aplicamos en otras partes del cuerpo, como la cara.
Por poner algunos ejemplos:
- Usamos láser y radiofrecuencia para mejorar la turgencia de la vulva, eliminar lesiones como las verrugas o quistes sebáceos, mejorar la hidratación y tratar patologías como el liquen, entre otras...
- Utilizamos el ácido hialurónico para tratar cicatrices de cesárea, episiotomías e hidratar la vulva y vagina. También podemos usarlo para aumentar el volumen de los labios mayores.
- Usamos despigmentantes para matizar el color oscuro de la zona genital.
- Hacemos carboxiterapia, ondas de choque, e incluso limpieza de impurezas en la zona genital.
- Por último, quedarían las cirugías reconstructivas y cosméticas genitales. Con ellas solucionamos problemas como la hipertrofia (tamaño mayor de lo habitual) de labios menores y mayores, la hipertrofia de clítoris, el lifting de monte de venus, etc.
¿Qué es exactamente una labioplastia? ¿Y una labioplastia menor?
La labioplastia es la cirugía que consiste en la eliminación de tejido redundante bien de los labios menores y/o bien de los labios mayores. La labioplastia es una cirugía menor, que no requiere ingreso hospitalario, que puede realizarse con anestesia local y/o con sedación. Generalmente, suele tener asociada la corrección del capuchón del clítoris (en más del 70% de los casos) y puede tener asociado retoques en los labios mayores.
El objetivo de la labioplastia menor, es conseguir una mayor harmonía vulvar y que la paciente consiga sentirse representada por sus genitales.
¿Pueden todas las mujeres someterse a una labioplastia menor? ¿Quién —si existe— es el candidato ideal?
La labioplastia menor es una cirugía a la que cualquier mujer tenga indicación puede someterse. En mi opinión, las labioplastias deben de realizarse en momentos específicos, es decir, en niñas, yo suelo realizarlas una vez finalizado el desarrollo puberal y siempre intentando que la paciente haya cumplido la mayoría de edad.
En pacientes que están en procesos de pérdida de peso, no las opero hasta que no hayan alcanzado el peso óptimo, puesto que los resultados estéticos se modifican con los cambios en el peso.
En pacientes cuyos trabajos, hobbies o deportes incluyan un traumatismo constante sobre la zona genital, que pueda ocasionar una hipertrofia de labios menores secundaria, les advierto que el resultado estético podrá no ser el adecuado mientras que sigan traumatizando la zona.
En definitiva, esta cirugía, pese a ser una cirugía menor, ha de ser perfectamente indicada y consensuada entre la paciente y el especialista. Debemos dejar claro que nuestro objetivo no es el de normalizar la vulva (no hay vulvas normales o anormales), no va a ser el de simetrizar (imposible en el cuerpo humano) sino de harmonizar.
Por tanto, la candidata ideal, en mi opinión, será una paciente de más de 18 años, con una alteración anatómica vulvar diagnosticada y que suponga un deterioro en su calidad de vida (tanto física como emocional). Además, esta paciente ha de tener claros los límites de la cirugía, las posibles complicaciones y cuándo tendrá unos resultados estéticos definitivos (en este tipo de cirugía sería aproximadamente unos seis meses).
Algunas voces señalan que cada vez mujeres más jóvenes se interesan por estos procedimientos, ¿existe una edad mínima para realizarlos? ¿Se puede realizar una labioplastia en menores de edad?
En mi opinión, la mayoría de edad es fundamental, sin embargo, es cierto que hay pacientes menores que experimentan una gran incomodidad desde edades tempranas, que pueden alterar su imagen corporal, autoestima y cómo se relacionan consigo mismas y con los que las rodean. Por ello, la primera consulta es fundamental.
Es importante conocer las motivaciones de la paciente, descartar patologías psiquiátricas como la dismorfofobia e intentar en la medida de lo posible retrasar la cirugía hasta al menos el desarrollo puberal completo. En mi caso, intento siempre operar a partir de los 18 años.
Por ejemplo, si una adolescente de 17 años quiere cambiar el aspecto de su vulva, ¿qué pasos deberían seguirse? (por ejemplo, quizá sea un motivo de confrontación entre esa chica y sus padres, cuál es el papel del especialista...)
En este caso, es una menor de edad por encima de los 16 años, por lo que tiene autonomía suficiente para poder operarse siempre y cuando el médico crea que tiene madurez suficiente, sin embargo, deberá contar con la aprobación de los padres. Si estos creen que la actuación médica es contraria a los intereses del menor, deberá seguir las recomendaciones de los padres.
Yo en estos casos lo que hago es una primera consulta muy exhaustiva, en la que sí puedo hago entrevista por separado a la menor y al/los progenitores que la acompañan. Analizo las motivaciones principales. En caso de dudas, solicito una valoración psicológica/ psiquiátrica para descartar patología. Y si es posible esperar a la mayoría de edad, esperamos hasta entonces.
Si, por el contrario, todas las partes están de acuerdo que lo mejor es operar y se descarta patología, operamos.