Cómo enfrentarse a las fobias

Escrito por:

Dra. Almudena Reneses Sacristán

Psiquiatra

Publicado el: 01/07/2016
Editado por:


Las fobias son trastornos de ansiedad caracterizados por miedo/ansiedad intenso/a, persistente, irracional y desproporcionado/a a objetos o situaciones concretas (los atributos de irracional y desproporcionado pueden tener matices personales y culturales que deben ser valorados por el especialista en Psiquiatría).

Como mecanismo de defensa, las personas desarrollan conductas de evitación frente al estímulo.

Es importante tratar las fobias ya que pueden llegar a interferir en la vida cotidiana y en el mundo de las relaciones sociales.

 

Tipos de fobias

Hay diferentes tipos de fobias, pero es más una forma de nominarlas ya que la esencia del concepto de todas ellas es la misma: “miedo intenso y persistente frente a algo”.

Podemos distinguir las siguientes:

Fobias específicas o miedo intenso a un objeto, circunstancia o situación determinada: fobias a animales, a ambientes naturales (alturas, tormentas…) o artificiales (hospitales). El trastorno de ansiedad social o miedo intenso en relación a situaciones sociales por temor a un posible escrutinio por parte de otros. La agorafobia o miedo intenso a situaciones que conlleven una dificultad para huir o recibir ayuda (transportes públicos, lugares abiertos y cerrados, hacer colas o estar dentro de una multitud).

Causas de la fobia

La capacidad de sentir miedo es innata para todos los seres humanos. El trastorno fóbico aparece cuando desplazamos una respuesta de ansiedad hacia un estímulo que realmente no puede hacernos daño. Al evitar la sensación de malestar se refuerza el miedo que irá creciendo paulatinamente.

 

Síntomas de la fobia

Ante las situaciones temidas se desencadenan los característicos síntomas de ansiedad: palpitaciones, sudoración, inquietud interior, sensación de ahogo, temblores, hormigueos, crisis de pánico, etc.

 

Cómo enfrentarse a las fobias

Con la exposición repetida y gradual al estímulo temido buscamos disminuir la ansiedad y la evitación. La terapia cognitiva conductual neutraliza o detiene los pensamientos negativos que dificultan la exposición al estímulo.

Otras técnicas cada vez más utilizadas son la hipnosis y la EMDR.

Por otro lado, la farmacología se utiliza para el control de la ansiedad.

En el trastorno de ansiedad social son útiles los antidepresivos y ansiolíticos, que reducen los síntomas de la descarga de adrenalina que provoca el miedo como rubefacción, temblor de manos, voz y sudoración.

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