Artroscopia de rodilla: cómo, cuándo y por qué

Escrito por:

Dr. José Ignacio Eugenio Díaz

Traumatólogo

Publicado el: 29/12/2015
Editado por:


La cirugía artroscópica ha supuesto una auténtica revolución en la cirugía de las articulaciones, siendo actualmente utilizada para el tratamiento de gran parte de las lesiones que pueden ocurrir en una articulación. Se utilizan instrumentos quirúrgicos muy pequeños, de menos de un centímetro, los cuales se introducen en la articulación a través de pequeñas incisiones llamadas portales.

 

Artroscopia de rodilla

A través de las incisiones podemos ver mediante una cámara y un haz de luz el interior de la articulación y reparar así los tejidos de la rodilla, como los meniscos o ligamentos cruzados.

La artroscopia de rodilla se debe llevar a cabo en el tratamiento de roturas de los meniscos y los ligamentos cruzados. Las lesiones de los meniscos suelen provocar episodios de bloqueo o pseudobloqueo articular, con sensación de rodilla enganchada.

Las lesiones de los ligamentos cruzados suele provocar inestabilidad en la rodilla. Una de las lesiones más frecuentemente tratadas es la rotura del menisco interno. Las lesiones de los ligamentos cruzados suelen tener relación con la actividad deportiva. En otras ocasiones se precisa la reparación artroscópica en lesiones en el cartílago vinculadas a antecedentes traumáticos, enfermedades reumatológicas o infección.

 

Realización de la artroscopia de rodilla

En general en Traumatología, la artroscopia se puede realizar sin problema a la mayor parte de los pacientes, por ser una cirugía ambulatoria y poco agresiva. No se debe realizar si existe infección activa en la piel cercana a la cirugía, si existe rigidez articular o si existen alteraciones importantes de la coagulación de la sangre.

 

¿Existe algún riesgo?

La cirugía artroscópica suele considerarse una cirugía ambulatoria. El paciente recibe el alta hospitalaria a las pocas horas tras la cirugía, pudiendo deambular con ayuda de muletas. La anestesia más frecuentemente utilizada es la epidural. Como en toda cirugía existen riesgos, pero se minimizan por el carácter ambulatorio, las pequeñas incisiones y la rápida recuperación de la actividad.

 

Consideraciones y hábitos post artroscopia de rodilla

Tras la artroscopia de rodilla, se puede restringir el apoyo durante unas semanas, o autorizar el apoyo con bastones desde el primer momento en función de cada tratamiento. La recuperación posterior suele estar marcada por diferentes protocolos según el caso. La cirugía del menisco suele permitir la recuperación a la actividad diaria sobre las tres o cuatro semanas. Se deben evitar deportes de intensidad hasta los tres meses tras la cirugía, pues es necesario un fortalecimiento y reequilibrado muscular, sobre todo a nivel cuadricipital.

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